Disparate urbanístico en Pola de Siero

Tantas veces hemos escrito en estas queridas páginas sobre ello, sobre las constantes innovaciones que el Ayuntamiento de Siero viene realizando en la capital del concejo, que no por ser un tema manido deja de resultar de nuestros días y sobre que habría que sacar a la luz una semana y la otra también. No llegó a germinar la emergencia del mensaje darwinista en el Consistorio sierense y las innovaciones que se vienen realizando son ciegas es decir, no conscientes; son modificaciones como acto consciente, buscando y persiguiendo otra pronta reforma, y como se dispara con pólvora ajena, con dinero de todos, se gastan millones en hacerlo y otro «porrón», de millones en arreglarlo.

Viene muy a cuento este contenido por la reciente colocación de una barandilla en la acera del lateral de la plaza de abastos que da a la calle Alcalde Parrondo. La obra responde a una demanda vecinal por las numerosas caídas registradas en este espacio público desde que se retiraron las vallas de obra que rodeaban el edificio. Y es que si la primera remodelación realizada en esta plaza de abastos a finales de los ochenta, que supuso la distribución del recinto en dos plantas, comerciantes y usuarios consideraron un rotundo fracaso y las quejas de vendedores y vecinos han sido reiteradas; lo que llevó al equipo de gobierno a convocar un concurso de ideas para una nueva reforma interior que devuelva al edificio un aspecto similar al primitivo. Concurso abierto a todo tipo de personas, colectivos o entidades, siendo el único requisito para optar al certamen que los proyectos pudieran ejecutarse con una inversión no superior a los 300 millones por entonces de pesetas. Un total de 17 propuestas, que optaron a tres premios establecidos y de los que sólo uno seleccionado, el arquitecto Jesús Álvarez Arango, con una dilatada vida profesional y varios premios, fue el redactor de la reforma interior, diseño un proyecto con vocación de polivalencia, fraccionado o inacabado el diseño se modificó para meter dinero en la urbanización que no contemplaba y que en absoluto necesitaba, y a pesar de que la legislación estatal de accesibilidad tiene ya 21 años, y de que a todas las administraciones se les llena la boca contando lo mucho que se esfuerzan facilitando la vida a quienes la tienen más complicada de lo normal, convierte el área del emblemático edificio, en «coto» cerrado, de lo libre accesible y continuo a lo restringido para esas personas que están acondicionadas y viven en una silla de ruedas. A la vista de todo lo descrito anteriormente a nadie debe extrañar que tanto los vecinos como los comerciantes de este espacio estén que se suben por las paredes al contemplar semejante disparate urbanístico.

No es lícito alterar, si no es por necesidad estricta, la valoración de un edificio como el que nos ocupa se refuerza cuando no haya experimentado alteración destacada desde su construcción. Personalmente, estimo que no se puede actuar con menor sentido de la responsabilidad, no se respetó la particularidad que tiene el edificio, ni se fue a la búsqueda de lo que es único y el profesional competente (no tan competente, en este caso), altera la regia singularidad del emblemático edificio. ¿Son conscientes, alcalde, concejales de toda clase, miembros y «miembras», como diría una ilustre ministra, de la desvalorización que sufre el edificio, al añadirle a su estructura física una peana, cuando esta obra del ingeniero Sánchez del Río era el único edificio público del mundo que no se asentaba sobre ella? en otro sitio habría sido marcado como un lugar histórico, al ser un claro reflejo del devenir de un pueblo. Cualquier persona sensible sentirá un estremecimiento apocalíptico de horror al ver el muestrario arquitectónico y urbanístico que ha destrozado el pueblo en estos últimos años de gobiernos socialistas, ya no queda un rincón, una muestra de otra era, un lugar para conocer el pasado, se pretende ahora que la plaza de abastos, nuestra tarjeta de presentación, pierda su contenido, la sociedad no puede ser insensible ante estas cosas. Debe plantearse su futuro de manera rigurosa para poder situarla a la altura del efecto dinamizador de otros grandes centros comerciales.

No quiero fatigar al lector con más ejemplos, pero lo del retorno de los comerciantes parece que se pretende que ocurra como con el mercadillo semanal de los martes, de vendedores ambulantes, trasladados de modo provisional a la zona de la isla, mientras las obras de la plaza de Les Campes y terminó siendo el área de ubicación. Volver a la plaza operativa supone una fuerte inversión, necesita de nueva reforma, y el equipo de gobierno y los que pusilánimemente callan o dicen que está muy bien, están haciendo todo lo posible para cargarse la plaza de abastos, la que queremos que siga siendo eso: plaza de abastos.

Ahora quien tiene la culpa de todo esto, algunos por razón de cargo, tienen concedida una mayor responsabilidad, pero creo es de todos, cuando unos ciudadanos no son capaces de conservar su patrimonio, algo falla.

Benigno Martínez-Fuego

Marcenado, Siero