¿Afecta la crisis a la salud?

Las versiones sobre la situación económica en nuestro país y nuestra comunidad autónoma son muy distintas y varían desde la información transmitida por los representantes del Gobierno de turno, los representantes de la oposición de turno, incluso depende de los periódicos o diferentes medios de comunicación que se lean y a qué grupo de influencia pertenezcan. Si bien hasta hace pocos meses había políticos insensatos que nos aseguraban que los indicadores económicos y las perspectivas de estabilidad económica y laboral estaban asegurados, tachando de agoreros y malintencionados a todos aquellos que no eran de su opinión, actualmente ya nadie duda de que la situación actual, desde un punto de vista estrictamente económico, todos los indicadores que podemos verificar reflejan una situación de economía en crisis. Desgraciadamente, todos estos datos son bastante peores cada trimestre que pasa, dibujan una situación económica muy diferente de la que nos cuenta tanto el Gobierno como la oposición actual. En definitiva, la pérdida constante de empleos, los gastos de hipoteca, la pérdida del poder adquisitivo afectan, de forma profunda, a la inmensa mayoría de los trabajadores de nuestro país.

La situación es, cuando menos, de preocupación y si no se ponen remedios, por parte de nuestros políticos y gestores, se convertirá en un futuro próximo en alarmante.

Actualmente lo que estamos observando desde las consultas de atención primaria (primera puerta del sistema sanitario) es un considerable incremento en patologías relacionadas con la preocupación por el futuro laboral con incremento de aquellas patologías como depresión, ansiedad, angustia, cefaleas, palpitaciones, alteraciones de trastornos digestivos sensible a las alteraciones emocionales como el estrés, fibromialgias y otros tipos de enfermedades relacionadas con trastornos mentales.

En estos últimos meses, la percepción desde los médicos de familia es que atendemos a más pacientes con patologías derivadas de su situación económica delicada, se trata de pacientes que no ven perspectivas de futuro, con altas dosis de incertidumbre.

Se dan situaciones paradójicas, así hay pacientes que acuden a consulta con una enfermedad que requiere baja laboral, por ejemplo por una gripe con fiebre alta, afectación generalizada, con intensa postración y que no se pueden exponer a coger la baja por temor a perder su trabajo.

También se da el caso contrario, aquellos que saben que van a ser despedidos e intentan coger una incapacidad de última hora para alargar el tiempo de cobro hasta poder pasar al Inem; suelen ser éstas las consultas motivadas por problemas con el trabajo o simulaciones con carácter rentista.

Todas estas situaciones de estrés conllevan a incertidumbre que precisan un período de adaptación, sería como un tiempo de «duelo» (habitualmente semanas o pocos meses), considerándose normal que la persona afectada esté deprimida o presente trastorno de adaptación, unas veces manifestándose con apatía y cansancio exagerado, otras con llanto, irritación, agitación. También es frecuente que las personas inmersas en ésta crisis presenten trastornos fisiológicos con crisis de ansiedad (palpitaciones, taquicardias, sensación de ahogo, sequedad bucal), incluso que los que conviven con ellos o ellas se vean inmersos en una dinámica de agresividad ocasionalmente no bien controlada.

No solo la crisis afecta a nuestros pacientes, recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha impuesto como objetivo primordial impedir que la crisis derive en un recorte del gasto sanitario, ya que a juicio de esta entidad internacional el impacto de la crisis puede ser aprovechado como una oportunidad de reforma en el sector sanitario, en un sentido restrictivo. Y aconseja para superar la crisis cinco esferas de actuación, entre ellas hace hincapié en centrarse en la atención primaria porque ofrece un enfoque global de las políticas en tiempos de crisis financiera, al estar sustentada en valores como la equidad, la solidaridad y la integración.

Para finalizar este artículo sólo pedir a nuestros políticos y gestores, sean del signo y partido que sean, que tomen decisiones basadas en el sentido común con el consenso de los profesionales, técnicos y sociedad en general para abordar una situación de crisis como la que nos afecta, porque desde la calle se percibe la situación de una falta de directriz que nos puede abocar a situaciones de alteraciones colectivas no deseadas por nadie.

Rodrigo Abad Rodríguez

Médico del centro de salud de Pola de Siero