Parres: el paso a nivel de la discordia

De humanos es errar y de necios perseverar en el error. La máxima ciceroniana viene a cuento de una de las tropelías que la anterior administración local parraguesa, formada por PSOE-IU, perpetró en Arriondas contra los intereses de unos honrados ciudadanos. Poco o nada le tenemos que agradecer los vecinos damnificados a aquella Corporación que se empeñó en segregarnos de la vida comunitaria aprobando la clausura de un paso a nivel por el que transitábamos a diario. Conviene hacer un poco de historia acerca de esta singular alcaldada.

Fue en una reunión de la Comisión Informativa Permanente de Urbanismo donde surgió la iniciativa de cerrar un paso a nivel que es la salida natural que los habitantes que residimos allende las vías tenemos para acceder rápidamente a la villa de Arriondas. Así las cosas, alguien hubo, en el seno de la propia comisión, que replicó el descabellado proyecto, siendo refutado por el lugarteniente municipal con patente de corso para asuntos urbanísticos, a la sazón empleado en excedencia de FEVE por mor de su cargo político y valedor de los intereses del organismo público. El acta de la sesión ayuda a confirmar esta piadosa descripción del sujeto, a tenor del afán que puso en respaldar abiertamente los planes de la compañía ferroviaria.

Cabe preguntarse entonces por las razones que movieron a estos paladines del bien común a la ejecución de tamaño despropósito. ¿A qué se debe que la Comisión de Urbanismo no defendiera la continuidad del cruce aun sabiendo el grave perjuicio que producía a los residentes la clausura del mismo? ¿Por dónde iban a acceder los peatones a la población de Arriondas? ¿Acaso las eminencias que autorizaron la medida no se percataron de esta cuestión? Bien es cierto que se construyó un nuevo vial, a regañadientes, con el fin de habilitar el tráfico de vehículos, lo cual no resolvió el problema de los peatones porque se nos hizo comulgar con la rueda de molino de que para desplazarnos desde un punto A hasta un punto B que dista 100 metros, caminando en línea recta (por ejemplo, la panadería), tenemos que dar un rodeo de un kilómetro. Aun aceptando esto, ¿dónde están las aceras y el alumbrado público del nuevo vial? Si este se concibió como alternativa viaria al viejo cruce, era lógico pensar que habría transeúntes. ¿Quién se hará cargo de las responsabilidades derivadas del posible atropello de una persona en ese vial? Evidentemente, el Ayuntamiento, y nadie debe dudar de que se exigirán todas las responsabilidades civiles y penales si eso sucediera.

Las cosas se han hecho rematadamente mal porque lo que ha primado en la resolución de este conflicto no ha sido la seguridad vial, ni siquiera la observancia del Reglamento de la Ley de Ordenación de Transportes Terrestres sino, digámoslo bien alto y claro, la desaparición fulminante de cualquier responsabilidad por parte de FEVE ante un posible siniestro, a costa de la libertad de desplazamiento de unos cuantos ciudadanos.

Nosotros estamos a favor de la seguridad vial pero no a cualquier precio. Y no estamos dispuestos a decir adiós a nuestras costumbres. Hasta el momento, el Consistorio ha hecho caso omiso de nuestras reclamaciones. Por eso pedimos públicamente a los grupos locales de la oposición que propongan, a petición ciudadana, la reapertura y automatización del cruce para que los peatones, sobre todo los de edad avanzada, puedan desplazarse cómodamente en el ejercicio de sus menesteres cotidianos. Nuestro deseo no es iniciar un proceso contencioso-administrativo, a no ser que veamos alguna voluntad de deshacer este entuerto por parte del poder municipal. Pero si se hacen oídos sordos, no tenemos inconveniente en elevar nuestra queja a la Consejería de Fomento del Principado o incluso al Ministerio, si fuera necesario.

Señor alcalde, los vecinos no olvidamos que usted formó parte de la comisión y Corporación que aprobó en su día la supresión del paso a nivel. Su posición de voto en este asunto (y la de sus camaradas) le ha cubierto de gloria. Ha sido muy edificante comprobar cuán primordial ha sido para usted la defensa de los intereses crematísticos de FEVE en detrimento del bienestar de los ciudadanos. Tampoco fue demasiado aleccionador escucharle declarar el día que tomó posesión de su cargo como alcalde (lne.es, 1-08-2010) que iba a «atender las necesidades de todos los parragueses» (sic). Parece mentira lo fácilmente que las palabras –y los hechos– pueden volverse contra uno cuando no se tienen reparos en difundir la impostura a los cuatro vientos. Es por ello por lo que el sentido cívico nos obliga ahora a no quedarnos de brazos cruzados.