Innovar
No debería ser complicado, pero va a ser difícil. Hagamos unas preguntas a modo de test empresarial:
- ¿Exiges no tener ninguna duda sobre lo que se hace o te sirven los dubitativos?
- ¿No perdonas las equivocaciones y te preocupas de deshacerte del culpable para que no vuelva a ocurrir, o te preocupas de analizar la causa más allá del culpable?
- ¿Te preocupa más el horario de trabajo que conseguir un equipo de personas comprometidas con el mismo hora más u hora menos?
- ¿Das plazos reales a tus clientes previendo las contingencias, o «pue más el güeyu quel butiellu» y acabas con el clásico «tira palante que libramos» incumpliendo plazos sin avisar?
- ¿Te gusta mantener las «vacas sagradas» de tu personalidad pastando por tu empresa o nada es sagrado salvo la identidad empresarial que te brinda tu gente?
- ¿En tu empresa el que pregunta es un investigador o un tonto que molesta y al que hay que decirle constantemente: «deja de preguntar y haz tu trabajo»?
- ¿La información técnica está a disposición de todos los interesados o se oculta no vaya a ser que haya que dar explicaciones a preguntas que no se saben contestar?
- ¿Tienen todos tus trabajadores un pupitre en una sala de estudio de la empresa para poder aprovechar en ella los tiempos libres o nunca hay tiempos libres y mucho menos dedicados a cuestiones tan peligrosas como el estudio o la reflexión?
- ¿Realizas reuniones en grupo en esa posible sala de estudios, para explicar y escuchar propuestas propiciando el diálogo, o sólo las realizas para, en plan buen rollito, explicarles que el tiempo del bocadillo se alarga mucho?
- ¿Existe en tu empresa la categoría de «Maestro industrial» que explica y ejerce de maestro o sólo la de jefe al que hay que tener bien informado de todo mientras él no informa de nada?
- ¿La mayoría de tu personal es fijo y no temes que se te pueda marchar o temes que se te marchen, por lo que les mantienes en la más absoluta dependencia e ignorancia?
- ¿Las propuestas innovadoras de un empleado las haces tuyas o le das una caja de herramientas al creativo para que las ponga en marcha en los ratos libres mientras sus compañeros toman el bocadillo?
- Cuando tienes un buen oficial castigado por la edad, ¿le pones un ayudante novato para que intercambien conocimientos y nuevos métodos por experiencia o cuando baje la media de su producción le despides regalándole un reloj muy cuco de low cost por los servicios prestados?
- ¿En tu empresa a los creativos se les llama fantasmas o fantásticos?
- ¿Te gusta que tus trabajadores analicen tus decisiones y hagan propuestas o castigas al atrevido que cuestiona el atar la burra donde manda el amo?...
No se preocupen por todas estas preguntas, pues al preguntar a un niño: «Si tienes 10 caramelos y te quitan 4, ¿cuántos caramelos tienes?», lo lógico es que él responda: «10», y que nos espete a continuación: «¿Pero cómo me van a quitar 4 caramelos?». Porque: ¿acaso puede el quinto postulado de Euclides no innovarse y por un punto exterior a una recta en un plano seguir sin poder pasar infinitas rectas que no la cortan? La realidad es que curvada la luz, la recta tan sólo es una circunferencia de radio infinito y... no cabe ninguna duda de que por un punto exterior a una circunferencia pueden pasar infinitas circunferencias que no la cortan.
Aquí innovar va a ser difícil. Pues: salvo corromper conceptos, mucha gestión, cantidad de profesionales de dicha gestión y una infinidad de cuestionarios a rellenar para la gestión; poco más va a innovarse. Y seguiremos con el mismo discurso y hechos.
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