Mañana hace un año...
Que se nos fue la alegría y la referencia de un pueblo que para él lo fue todo y que desde que no está parece muerto, sobre todo para los que el motivo principal de nuestras estancias en el mismo (hiciera frío o calor) era tomar el vermut con él, escuchar alguna que otra historia por él contada y ver cómo se le iluminaba la cara cuando veía cómo en su entorno nos juntábamos todos como si de una fiesta se tratara.
Ese año 2011 no se me olvidará jamás, pues con él se me fueron tres de mis mejores amigos y si por los tres lo pase muy mal, en tu caso el dolor es mayor porque contigo, además de un amigo, se me fue una referencia, se me fue la imagen del saber llevar una enfermedad con la alegría que tú la llevabas, se me fue el ídolo, se me fue mi «hermano mayor».
Con todo, sé que por muy mal que nosotros (todos) lo estemos pasando, nada comparable con el dolor de tu esposa, con la soledad que debe sentir cuando por la mañana no tiene a quien ayudar a levantarse, o por la noche a acostarse, a quien montarle alguna bronca por las que le armabas, pero sobre todo porque le falta a quien entregar ese cariño y esas atenciones que más que su marido parecías su hijo pequeño.
Decía que el pueblo parece muerto, y así es Rai, nunca nadie se pudo imaginar que la pérdida de una sola persona pudiera afectar tanto a un colectivo de personas, hasta el punto que los que antes esperábamos la llegada del viernes para ir a La Braña, ahora por cualquier motivo ya no vamos... y si vamos nos falta el aliciente de ir a verte, de hablar un poco contigo y, por lo tanto, no estamos a gusto.
Pero bueno, tendremos que ir sobreponiéndonos y continuar con nuestras cenas y reuniones, sobre todo porque es lo que tú desde arriba querrás que hagamos y que estarás contento que aquel grupo que se formó en torno a ti no desaparezca, para de esta forma seguir recordándote e imaginándote sentado en medio de la mesa.
Desde el año pasado el día de Reyes dejo de ser un día en el que esperas un regalo y pasó a ser el día que nos quitaron algo muy querido y muy importante para todos nosotros, el día en que Melchor, Gaspar y Baltasar te llevaron con ellos posiblemente para que los ayudes a repartir regalos, pues de sobra saben de tu generosidad y cariño por los niños.
Bueno, Rai, no te doy más la «vara» y como decía la canción de Antonio Machín, espérame en el cielo... o esa sevillana que dice «cuando un amigo se va, algo se lleva del alma»...
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo