Comportamiento juvenil
Estas líneas no tienen otro motivo que el de hablar de nuestros jóvenes, pues tengo que comprender que estaba muy equivocado al ver y catalogar sobre ellos de forma muy distinta a lo que en realidad son sus comportamientos, por lo tanto desde este periódico les pido perdón, les creía vacíos de inteligencia y de personalidad «pero, qué va», ni mucho menos.
Al amanecer de esta Nochevieja pasada lo he podido comprobar pues, como es normal en mí, siempre salgo hacia las 8 de la mañana para pasear a mi perro. Mi punto de partida es desde la escalera número cuatro (Escalerona), y ese domingo, como otros muchos, pero muy diferente al de hoy, digo diferente en cuanto a limpieza; me refiero, pues, a la plaza del Náutico.
Claro que la gente que he visto hoy los vi con más responsabilidad, más adultos, todos como si se hubiesen puesto de acuerdo. Iban trajeados y luciendo sus bonitas corbatas, todos ellos muy elegantes, para tal evento. Lo mismo digo de las chicas, pues no se han quedado atrás. Pues sería una casualidad, pero en la cantidad de cientos de jóvenes que he observado no he visto en ellos ni uno que estuviera borracho, todos ellos sonrientes y hablando en gran armonía.
Pues me ha invadido una gran alegría al ver la capacidad intelectual que puedan tener estos muchachos para ocupar puestos de trabajo de mucha relevancia en nuestro país, o en otros, como ya lo están haciendo, sobre todo en la investigación científica, en donde tenemos verdaderos genios que lo están demostrando día a día.
Alfredo González Mateos, Gijón
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