Desde lo más alto, sólo para elllos
En el reloj que puebla mi muñeca derecha van a dar las once de la noche. A pesar de estar en noviembre, la temperatura es bastante agradable, pues el termómetro que hay en una farmacia cercana marcaba 14 grados, y aquí me encuentro sentado, tras una mesa, disfrutándola.
Desde mi privilegiada posición, estoy en la novena planta en la terraza de un hotel, puedo percibir los sonidos, pocos ya, de la noche. Pero es una velada clara. Las estrellas, aunque tímidas, se dejan ver, dando un aspecto sereno y calmado, sólo interrumpido por el ruido del mar, rompiendo sus olas en la playa.
Puedo ver la luz intermitente de un faro, férreo vigilante, allá a lo lejos, creo que es del puerto de Alicante.
Las siluetas dormidas de los rascacielos, pocas luces encendidas casas, con el luminoso Hotel Bali asomando entre todos presidiendo el «skyline» de la ciudad.
¡Qué paz! La tranquilidad, tras el bullicio vespertino, desconocedora del movimiento de la turística ciudad.
Me asomo a la terraza y miro hacia el infinito. Entre la soledad de mis pensamientos busco una salida, un recuerdo, ese que representa la añoranza de mi casa, mi tierra, el lugar de donde vengo.
Por mi mente pasan esos seres que ya no están conmigo, pero que llevo siempre en el corazón.
¡Se han ido tantos y tan queridos!
Mi padre, una fecha tan marcada en mi destino, mis tíos Victoriano y Antonio, la señora Gloria, tan sabia, don Luis Fdez-Vega Diego y su esposa doña Teresa, casi en el mismo viaje, se fueron todos en apenas dos años por mi vividos.
Pero la gratificación es que estarán allá, en lo más alto, compartiendo paraíso con otros seres que les han precedido.
El mar sigue agitando con fuerza, como señal de que está ahí, muy vivo. El sonido cada vez se agota más en este día de noviembre, y pronto se apagará la luz de mi terraza, y con ella a todos os diré hasta mañana.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo