Yo sólo apoyo al PSOE
Don Alfredo Carreño Fuego.
Secretario AMSO-PSOE.
He leído en un medio de difusión regional unas declaraciones del secretario general de la AMSO que me han dejado perplejo; aunque conociendo al personaje ya nada me podría extrañar.
Llevo muchos años militando en el PSOE y en el sindicato hermano UGT y jamás he salido públicamente desprestigiando a compañeros o cargos del partido o del sindicato.
El señor Carreño ha criticado de una manera despectiva al único alcalde socialista de la ciudad de Oviedo, aunque quizás ello venga motivado por la incapacidad del actual portavoz del Grupo municipal Socialista en el Consistorio ovetense de llevar a cabo una línea política que sea coherente con el ideario de un partido progresista y de izquierdas; su inaptitud le ha llevado a permanecer callado y abstenerse en el acto político más importante de una administración pública, el debate de los presupuestos.
No sé si ello será debido a los posibles acuerdos que pudiera tener con el señor Caunedo, con quien el portavoz socialista parece tener una relación idílica, o porque realmente no tiene capacidad argumentativa alguna; pero el caso es que con personajes como éste el PSOE va camino de desaparecer del Ayuntamiento (Rivi debe de estar frotándose las manos).
Sería conveniente recordar al señor Carreño que ser socialista es algo más que hacer palmitos en los premios «Príncipe» o en los aledaños del Fontán, ser socialista es una forma de estar en la vida y eso no se consigue sólo con tener el carné de afiliado.
Todos, usted el primero, deberíamos mirarnos en el espejo de compañeros que han puesto al PSOE en un lugar destacado de la política española; ellos tenían altura de miras, compromiso y ética socialista, otros no saben lo que es eso; pongo un ejemplo: hace muchos años, Ernest Lluch, en paz descanse, entonces ministro de Sanidad del Gobierno de España, escuchó en una emisora de radio unas declaraciones mías, por entonces yo ocupaba un cargo en la Federación de Sanidad de UGT, en las que pedía públicamente su dimisión por el incumplimiento de un acuerdo. Transcurridos unos días, estando yo en un acto en Madrid acompañado de Manuel Garnacho y otros compañeros, me encontré con Ernest y le pedí disculpas, pero argumenté mi condición de sindicalista a lo que él respondió: «Benigno, yo soy ministro de todos los españoles no del PSOE y de la UGT». Aceptó la crítica y dio sus argumentos políticos por los que no pudo cumplir el acuerdo.
Señor Carreño, qué bien haría usted si en lugar de desprestigiar a compañeros que critican su gestión, se dedicara a hacer oposición de verdad de izquierdas y progresista, claro que para eso hay que saber y tener agallas.
Dice usted que siempre somos los mismos; es cierto, muchos llevamos más de treinta años de militancia y no tenemos tanta variedad donde elegir, porque lo único que nos une es el ideario socialista para conseguir una sociedad más justa.
Dice usted que apoya a Rubalcaba, ¿será para conservar la poltrona y el modus vivendi del que disfruta? Pues bien, empiece dando ejemplo y cumpla una de sus promesas donde dice: «Un político, un sueldo».
Para finalizar y despejar cualquier clase de duda, yo al único candidato que apoyo es al PSOE.
Benigno Díaz Peláez, Oviedo
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