Fraga y Redes
Su trayectoria política estuvo presidida por la honradez y su amor –a su manera– a España. Político controvertido, reformista y hombre de Estado, consagró su existencia a la defensa de los valores tradicionales y a una visión nacional conservadora pero eficaz. Docente y padre de la Constitución, se vio envuelto en actuaciones públicas comprometidas que le golpearon su sentido del deber, sin embargo casi siempre salió airoso de su empeño.
Este gallego fino y con el Estado sujeto a su cabeza era un amante de los deportes al aire libre como la caza y la pesca. Y aquí, en este solar mágico llamado actualmente Redes, cumplió con creces con su afición cinegética y se llevó preciados trofeos, ya fueran jabalíes, rebecos, corzos o venados. Entonces se llamaba a ese espacio del alto Nalón coto nacional de Reres, y en ese enclave natural Manuel Fraga Iribarne dejaba a un lado su espíritu político, para convertirse en un adalid de la causa ecológica y medioambiental, disfrutando de manera sostenible y equilibrada de una intensa jornada de caza. Siempre recordaré a mediados de los años setenta unas horas de cacería en compañía de Nicanor Caballín, Moisés Trelles y la guardería del coto. Yo acudía a esa cita para realizar una entrevista al «León de Villalba» para la agencia «Efe» y para «Región». Al finalizar la montería con un ejemplar estupendo de rebeco cantábrico, Fraga me comentó que siempre que acudía a este territorio lo hacía con el pleno respeto a la naturaleza. «Vengo a cazar, no a matar». Frase sencilla, pero que sintetiza su amor por la venatoria desde un punto de vista del cazador conservacionista y leal.
Y en esa jornada cinegética habló durante la comida posterior de lo divino y de lo humano. Y señaló que Reres (Redes) era el mejor coto de España para la caza del rebeco y otras especies de montería. Alabó la gestión hostelera de Nicanor Caballín, con su negocio Balcón del Nalón, en Coballes, su amor por el entorno, y lo definió «como un paladín de la causa turística en el alto Nalón». De Moisés Trelles dijo que era un auténtico asesor y todo un técnico para lograr la pieza adecuada, y de la guardería habló con grandeza. Y tanto para Pepe Calvo como César, Graciano, Felipe o Constante, guardianes notables de los montes de aquí, sólo tuvo palabras de sentimiento, elogio y pasión.
Y Fraga en el alto Nalón fue el cazador que mejor abrió al mundo las excelencias de este territorio abrupto, verde, acuático y frondoso. Aquí fue donde ungió el futuro político del actual presidente del Principado, Francisco Álvarez-Cascos. Había tiempo para todo. Y entre la caza y la pesca, la Asturias natural y auténtica tuvo en este político de raza su divertimento y su solaz entre amigos, parlamentos y juegos de dominó. Y Redes siempre respondió a la llamada de Fraga, apellido que responde a la tierra quebrada y escarpada, y por estos contornos imposibles aprovechó al máximo su vieja afición por los valores naturales, la gastronomía excelsa, el embrujo de la caza, la amistad y la camaradería. Y en esas frecuentes visitas por estos paisajes del Nalón alto, este estadista de larga trayectoria dejó huella y sentido del compromiso. Y esa realidad perdura entre los que participaron de su proximidad y afecto.
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