La Nueva España » Cartas de los lectores » El nicaragüense Rubén Darío en Asturias

El nicaragüense Rubén Darío en Asturias

28 de Febrero del 2012 - Enrique Burguet Fuentes (Oviedo)

Don Adrián Heradio González Cano, abogado, poeta y escritor nicaragüense y apóstol indiscutible de la gran figura y personaje literario que fue don Rubén Darío, figura de las letras aún viva y presente entre todos nosotros y siempre recordada por este nicaragüense de nacimiento afincado en Asturias. Recuerdo cómo nos conocidos y cuando le mostré un folleto, que bajo el título «Etimologías Hispánicas», escrito por Dámaso Alonso en 1943, poseía la dedicatoria manuscrita del autor con la leyenda: «A Carlos Bousoño / con un abrazo de / Dámaso Alonso». Llegando a este punto comentaré someramente que Heradio llegó a Asturias en el año 1961 y tras volver a Nicaragua en 1966, regresa al Principado en 1979 donde reside actualmente en el ejercicio de su profesión de abogacía, dejando atrás una guerra que dilapidaba la vida y los sueños de los hombres y alejándole de amigos suyos de la talla de don José Coronel Urtecho, fundador de la poesía de vanguardia, autor que recordamos al compartir aquel folleto titulado: «Paneles de infierno» (Nicaragua, febrero de 1980) y publicado el 2-XI-1981. Recordamos aquí también a Dieter Masuhr y su obra «Los ojos de los guerrilleros», Managua: Nueva Nicaragua, 1984. También a mi primo don José Luis Burguet Huerta, un dominico asturiano desempeñando su misión en no pocas ocasiones a riesgo de su vida y desde hace muchos años en Centroamérica. Heradio, escritor incansable y autor de «Rubén Darío siempre» y «Palpitaciones poéticas», cuyos ejemplares tuvo la amabilidad de legarme afectuosamente con dedicatoria. Estimado amigo y escritor, yo aún recuerdo aquel jueves 24 de noviembre de 2005 en el Club Prensa Asturiana LA NUEVA ESPAÑA, a las 20.00 horas, el inolvidable acto conmemorativo del centenario de Rubén Darío en Asturias (1905-2005), y aquellos actos conmemorativos del centenario de la estancia de Rubén Darío en el bajo Nalón. Mayo-octubre de 2005, con una carta de un menú selecto de actos que giraban alrededor de tan importante escritor: don Félix Rubén García Sarmiento, conocido como Rubén Darío (Metapa, hoy Ciudad Darío, Matagalpa, 18 de enero de 1867-León, 6 de febrero de 1916). Poeta nicaragüense, máximo representante del modernismo literario en lengua española. Por aquellas fechas tuve la posibilidad de tocar un tensiómetro que fue regalo de don Darío al doctor José Argüelles, su amigo praviano y médico, que Heradio conserva. Hoy repaso un amplio recordatorio de tantos momentos, él alrededor de una caña de cerveza o una taza de humeante café, hablando de cultura e instruyéndome, como buen rubendariano de la vida y obras de un soñador enamorado de la palabra escrita, de la expresión y belleza del lenguaje y de una fuerte personalidad bien marcada en la obra del escritor. Compartimos igualmente la concesión del premio tan esperado de otra de las figuras actuales y entrañable amigo de la tinta y el papel: nos referimos a Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura, y al que dedicara el artículo «Vargas Llosa, por fin», en «El Comercio», página 30 opinión, viernes 08.10.10, donde me citaba. Me acordaba de todas estas vivencias que compartimos él y yo; como un día en un determinado momento en que estando de paseo por la calle, reparamos en unos críos que jugaban junto a una zona ajardinada y se rían burlonamente con unos de tantos otros papelines que plagaban la zona; se trataba nada menos y ante nuestra sorpresa, como pudimos comprobar luego, de los anuncios ya habituales que ofrecían las características y variedad de servicios y precios de prostitución ofertados al cliente, una «literatura» que hemos importado los españoles, ya no tan preocupados de nuestro espíritu nacional, y convertidos en protectores del «vale todo»; única literatura de interés de moda en estos tiempos de gran crisis espiritual, moral, ética o como diablos queramos designarla. Por todo esto, y, aunque brevemente, te recuerdo a ti, amigo Heradio, para que sigamos compartiendo historias de cultura literaria e impresiones multiculturales, pues es un acto de comunicación de caracteriza al hombre civilizado. Un fuerte abrazo de un discípulo que aprecia tus obras, así como tu importante papel difusor en estas latitudes, de un ilustre personaje de tu tierra, que aún se encuentra entre nosotros en gran parte gracias a ti; nos referimos, claro está, al insigne entre todos ellos, el escritor nicaragüense Rubén Darío, de quien el 6 de febrero del año en curso se cumple el 96.º aniversario de su fallecimiento.

Enrique Burguet Fuentes

Oviedo

Cartas

Número de cartas: 46080

Número de cartas en Octubre: 18

Tribunas

Número de tribunas: 2087

Número de tribunas en Octubre: 1

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador