Universidad innovadora y ejemplificadora

Nuestra Universidad confirió recientemente el grado honorífico de doctor honoris causa a un distinguido empresario asturiano. En el transcurso de las intervenciones concernientes al mismo no pude evitar memorizar la Universidad de siempre y sus modos o modas circunstanciales más actuales. Los primeros recuerdos están ligados a la Universidad como centro de estudio sobrio, respetuoso y sacrificado en bastantes aspectos, dadas las circunstancias del medio externo a la misma; difícil pero, no obstante, ansiado, como forma de exteriorización de un futuro personal, a través del estudio y de lo estudiado por todos. Llegaba este valor desde aquellos laboratorios incipientes o multivalentes que resultaban ser, esencialmente, las bibliotecas universitarias del momento. También tomando como base las ahora tan denostadas «lecciones magistrales», quizá por el esfuerzo personal que exigían, las bien dadas y el aún mayor relacionado con las relatadas como trámite y con poca practicidad.

La facilitada movilidad de los estudiosos universitarios, tanto en el ámbito nacional como en el internacional; los excesos en la configuración y renovación de titulaciones; la creación, excedida en el fondo y forma, de universidades, determinaron el correspondiente colapso, inherente a cualquier sobredimensionamiento sin medida, cual resultaba ser prever puestos de trabajo-actividad para tanto titulado. La salida circunstancial fue considerar como la labor esencial y más meritoria de la Universidad de estudio, debería ser la «investigación-innovación». Y que en ella podrían estar todos y tantos titulados universitarios cuantos temas y perfiles se desarrollaban en el extranjero, considerado genéricamente; sin elementos comparativos geográficos poblacionales y económicos. En este momento en que nos encontramos la investigación quiere ser la esencia universitaria o «excelencia»; el estudio y la docencia, valor de pervivencia, básico para la supervivencia. No obstante, resulta difícil esta posición por las dificultades que supone ser mitad monje de la docencia masificada y endurecida por desinterés y gestión burocrática excedida; frente a capitanear el ejército-ejercicio investigador de tantos perfiles; más considerados por sus expectativas que como posibilidades remarcables dentro de un contexto económico y temporal.

Este muy reciente modo paradigmático de entender el espacio de estudio universitario se está sustituyendo o complementando por la que podríamos denominar «Universidad E. E.», cual se nos recuerda en diversos actos universitarios (emprendedora-empresarial). No rechazamos los conceptos e incluso las pruebas o experimentos en curso de realización con la muy útil universal Universidad de siempre. En todo caso, lo fundamental para dar viabilidad a lo que enseña y estudia la Universidad, se necesita esencialmente, gestión sobria, sacrificada y comprometida con el estudio y la docencia universitaria. La investigación peyorativa tiene que ser dosificada, hacia campos de lo posible, no tanto como de lo afectivo por especialidad o vanidad figurativa. Las empresas modernas y empresarios necesitan y reclaman facilidades para la gestión de la empresa. El personal universitario y resultado de investigaciones interesantes empresarialmente lo busca o indaga cualquier empresa o grupo de estudiosos que quiera emprender y aprender de algo que, salvo el concepto, debe quedar fuera de la Universidad o en anexos universitarios muy controlados. Demos a la universidad lo que desde su fundación busca, como es el respeto y facilidades para el desarrollo universal del estudio. La empresa necesita esencialmente, facilidades de gestión de recursos naturales baratos y de baja contaminación. También la más reducida contaminación posible de la «papelocracia» y emprendedores de ocasión. Gracias a nuestra Universidad por la extensión de grados hacia empresarios. Enhorabuena a los distinguidos por la labor de su vida y exposición de las sencillas reglas para ser activo; en un momento tan difícil como el actual para todos y más si cabe respecto a la Universidad, demasiado adjetivada y poco realistamente objetivada. El objetivo fundamental es estudiar y «ejemplificar el estudio» en todo momento y circunstancia. La investigación sacralizada y el ímpetu empresarial, como el camino, se deben seguir haciendo…, al andar; con buenas bases de estudio y hábito de estudiar y trabajar, cual ejemplarizan los empresarios en que la Universidad fija su atención con todo acierto. También los preclaros estudiosos universales y universalizados históricamente, cual Santo Tomás de Aquino cuyo patronazgo anual recordara la Universidad del siempre de los estudiosos.Y del hoy de los continuadores de la empresa emprendedora por excelencia, cual fue y debe seguir siendo la Universidad cada vez mas fuertemente ejemplificadora.