La insoportable levedad del PSOE
Por lo visto, no hay nada mejor que aparecer rozagante ante un electorado reluctante. Los que ayer conformaban y defendían «manu militari» una política económica terrible para los intereses de las clases sociales más modestas, hoy aparecen con un discurso progresista, casi socialista, esperando que nadie se acuerde de todo lo que pasó desde mayo de 2010 hasta el día de anteayer, que en el último acto de gobierno –en el último Consejo de Ministros– se indultaba a ese prohombre de las altas finanzas y consejero delegado del Banco Santander: el filántropo Alfredo Sáenz, el mismo que cree que hay que acabar de una vez con el Estado del bienestar.
Y Chacón Mediapro y Rubalcaba Prisa corren desbocados por el interior de la insoportable levedad del PSOE, cosechando y cosechando mayorías para ver quién lidera –los del socialismo democrático no queremos líderes– un partido enfermo, cada vez más lejos de esa sociedad que pretende representar. Y que conste que ellos lo saben, porque son ambiciosos pero no tontos; saben que cualquiera de los dos que gane el 38.º congreso en febrero va a controlar internamente el partido, pero que el electorado les va a volver a dar la espalda con más energía si cabe. Pero sea porque defienden unos intereses no estrictamente políticos, sea porque después de todo «¡dónde van a estar mejor!», Rubalcaba y Chacón pelearán (o pactarán) por sus respectivas carreras políticas. Todo lo demás es accesorio.
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