Para Tino
Quisiera decirte tantas cosas ahora que te fuiste, todas las que teniendo ocasión despaché con el saludo: un hasta luego, siempre hasta luego. Pero ya es tarde, demasiado tarde. Debería haberme parado y preguntarte cómo te iba, pero no lo hice. Nunca lo hice. Ahora acuden a mí las lágrimas del arrepentimiento. Pero ya es tarde, demasiado tarde. Sólo me queda eso, llorarte. Llorarte y pedirte perdón.
Nos conocimos a temprana edad. En torno a juegos infantiles crecimos; poco, lo suficiente hasta la adolescencia que también fue nuestra en la Plaza de Domingo Álvarez Acebal. Para todos eras Tinín, el fío de Niní. A tu madre la recuerdo menos, casi no consigo verle la cara, y a tu hermana la perdí de vista hace años. Del resto de tu familia ya no sé nada. A todos quiero mandarles un fuerte abrazo y decirles que hoy se nos fue un hombre que amó a su tierra desde las letras de sus canciones y, sobre todo, con el corazón, ese que por tenerlo tan lleno de gracia y simpatía se rompió en mil pedazos.
En este momento Tinín, me faltan palabras y me sobran sentimientos. Donde quiera que estés encuentra la paz.
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