La Nueva España » Cartas de los lectores » La perdiz de la discordia

La perdiz de la discordia

30 de Enero del 2012 - Francisco M. Domínguez Menéndez (Avilés)

A día de hoy todavía se agitan en la cabeza de Joaquín Aréstegui algunos demonios que tienen más que ver con la protección de su patrimonio político, por tanto personales, que con la defensa del interés general. Este personaje, resistente por ahora a cualquier tratamiento antivírico, políticamente hablando, a juzgar por las declaraciones y la forma de conducirse da la sensación que tiene proyectadas dos venganzas: en primer término contra la sociedad avilesina por negarle el apoyo mayoritario del voto y, en segundo lugar, del Gobierno autonómico por aquellos inolvidables epítetos descalificativos que le dedicara Álvarez-Cascos en el pasado Congreso popular de Valencia. El político bananero denominación que dejan entrever las acusaciones de Manuel Peña en este diario-, más agudo para las respuestas defensivas que eficaz en la salvaguarda de los intereses vecinales, responde, al requerimiento de un periodista: no está mal que Álvarez-Cascos me haya insultado el mismo día en que insultó a Rajoy, a María Dolores de Cospedal y a Fraga. Si escuchamos atentamente la ponencia de Álvarez-Cascos en el citado congreso vemos que no hay insultos hacia los personajes aludidos, pero la dureza facial que tiene este individuo para manejar el sentido de las palabras según convenga a sus intereses, es ilimitada.

Si bien es cierto que una gran parte de la acción política de Aréstegui se distingue por la bronca continuada y no por la aportación de soluciones, no lo es menos que Manuel Peña, antiguo servidor y defensor de la causa hasta que las cañas tornaron lanzas, lo denuncia un poco tarde; aunque, como reza el refrán, más vale tarde que nunca.

Pero la causa que motiva este escrito no es denunciar los vicios políticos del señor Aréstegui, sentenciados en las urnas de forma continuada, sino hacer una llamada a la reflexión ciudadana acerca del pronunciamiento despótico hecho público por Constantino Álvarez con respecto a que la opción del túnel bajo la ría de Avilés, dentro del proyecto denominado ronda norte, jamás será aprobado por sus correligionarios de Madrid. ¿Pero al servicio de quién está Constantino? La pregunta se contesta sola: está claro que el portavoz del pepé en el Ayuntamiento de Avilés tiene anulado el criterio y habla por boca de su jefe de filas, doctorado en la defensa de asuntos propios y voz del partido en la comarca. Tanto a uno como a otro, lo que de verdad les molesta, al margen de otras consideraciones foráneas, es que la opción del túnel fuera elegida como la más idónea por Raimundo Abando, enemigo histórico de Joaquín Aréstegui desde que el hoy Presidente de la Autoridad Portuaria y concejal de Alianza Popular de 1986 a 1989 en Avilés, dimitió del cargo por discrepancias con la dirección regional de su partido. Abando siempre se caracterizó por su alianza con los críticos, contrarios a Joaquín Aréstegui, y por el enfrentamiento personal con Carmen Maniega, a la que llegó a llamar maleducada e ignorante.

Constantino Álvarez, político fracasado que resiste a los embates electorales por su mansedumbre, no es más que la voz de su amo y, su amo, a su vez, sirve de correa de transmisión para los intereses de Fomento, que son los de su partido. Dicho de otro modo: Joaquín Aréstegui jamás va a promover cualquier acción política favorecedora del bienestar ciudadano que no esté filtrada por los intereses de su organización.

De lo dicho en los párrafos anteriores se extraen dos conclusiones: que a Joaquín Aréstegui sólo le importa mantener el negocio político-familiar y los emolumentos que conlleva, al margen de todo beneficio público como es el caso del túnel bajo la ría -proyecto que resiste cualquier análisis de idoneidad de sobra argumentado- y, la segunda conclusión tiene que ver con el abandono político de los grandes proyectos, necesarios para el resurgimiento económico comarcal, al que nos van a relegar Rajoy y su equipo económico.

Si los gobiernos socialistas salientes, nacional y autonómico, estuvieron mareando la perdiz de los planes comarcales en connivencia con el Ayuntamiento de Avilés, el entrante, dirigido por don Mariano, viene con la escopeta cargada para matar la perdiz de la discordia. Tal vez lo mejor que podemos hacer con la gallinácea es olvidarnos de ella, como solicita Pacios en un alarde reflexivo de sindicalista, más que domesticado, domado.

Lo que de verdad sería imperdonable es que Rajoy convierta nuestra región en campo de batalla política y nos sancione con la pérdida de inversión estatal como parece que ya está ocurriendo; al menos eso se desprende de las manifestaciones realizadas por Joaquín Aréstegui y compañía.

Cartas

Número de cartas: 46070

Número de cartas en Octubre: 8

Tribunas

Número de tribunas: 2087

Número de tribunas en Octubre: 1

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador