Necesitamos crear una raza de valientes urgentemente
En una sociedad como la actual, tan huérfana de héroes y tan saturada de corruptos, advenedizos, trepas y pusilánimes, hasta el mismo Aristóteles, ese brillante heleno que en su 'Ética a Nicómaco' acuñó que "la valentía es el término medio entre la cobardía y la temeridad", se habría sorprendido gratamente del coraje de esos policías gallegos que no dudaron ni un instante en lanzarse al gélido Atlántico para salvar la vida de un estudiante Erasmus. Se zambulleron en el mar, de noche, sabedores de lo revueltas que estaban las aguas, y uno de ellos ha sido hallado muerto; de los otros dos aún no se sabe nada. El océano nunca se anda con chiquitas y, ajeno a la moral humana, no le ha importado la heroicidad de estos policías. Su indiferente devenir no ha tenido compasión y sus olas y corrientes adversas ni se han planteado que estaban acabando con la vida de varios ejemplos de virtud.
No pasemos por esta noticia como por otras. Este tipo de conductas deben reseñarse con amplitud en los medios de comunicación. El periodismo no sólo ha de señalar las tropelías y las anormalidades de los villanos sino que, también, ha de detenerse con fruición en esos seres humanos que devuelven la confianza a los que creemos, en ocasiones, que nuestra raza transita en una deriva sin remedio.
"¡Faltan cojones!" se quejaba el filósofo Antonio Escohotado en una entrevista con Jesús Quintero. Pues bien, aquí se ha producido una muestra de lo contrario. Quizás, hasta demasiado valientes han sido...
Algunas veces hay luz al final del túnel. De vez en cuando, el arrojo y la solidaridad se adueñan de nuestro corazones y aparecen humanos como éstos o como los voluntarios que ayudaron a los organismos estatales a buscar sin descanso el cuerpo sin vida del niño que semanas atrás el mar se tragó en Gijón. Abundan los malos, por supuesto, pero cuando surgen personas con estas características debemos guardar un sentido silencio y celebrar que aún hay seres así, de esta especie tan controvertida como la humana, que pueblan o han poblado alguna vez la faz de la tierra. Estos tres policías, seguramente, han sido un ejemplo de vida para los que han coexistido a su alrededor. Probablemente, sus hechos logren crear una raza de valientes, de esos que aman de verdad al prójimo, incluso, más que así mismos.
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