La Nueva España » Cartas de los lectores » Patagatas fibrosas con coletas legañosas

Patagatas fibrosas con coletas legañosas

31 de Enero del 2012 - Marino Iglesias Pidal (Gijón)

Somos nuestro peor enemigo.

Una especie racional que actúa de forma irracional. Únicamente como individuos podemos dar lo mejor de nosotros mismos, lo cual, generalmente, no es que sea mucho, pero en cuanto nos sumamos ya nos echamos a perder. Lógico, faltamos a la condición sine qua non de la suma: la homogeneidad de los sumandos.

Ése es nuestro mayor pecado y no son nuestras virtudes individuales las que nos hacen sumandos imposibles, pues éstas, aun diferentes, no desvirtúan - y por el que, consecuentemente, recibimos nuestro mayor castigo, y que, además, hace que no tengamos composición.

La mayoría de las decisiones, por no decir todas, que los poderes, instituidos por la sociedad, toman para corregir una conducta pervertida son descabellados, ni siquiera dignos de ser analizados por absolutamente disparatados. Las leyes permiten al mismo delincuente delinquir cientos de veces sin que ello le suponga condena alguna. Fijar retribuciones disparatadas y vitalicias para los que se dicen servidores públicos y otros cuya dedicación es la de estrujar y calcular cuánto pueden trincar. Asesinar con impunidad simplemente tomando un par de copas previamente para alegar que se ha actuado bajo los efectos del alcohol En definitiva, cualquier depravado espabilado se puede pasar la justicia por donde el papel higiénico.

Y todo esto ¿en virtud de unos códigos impuestos por sádicos alienígenas que nos profesan un odio ancestral? No, todo esto y más en virtud de la estupidez congénita del rebaño humano.

El dinero es el único bien material que, junto con la salud y el amor, pero estos son bienes de otra índole, compone la trilogía capaz de brindarnos la felicidad, de manera que huelga considerar la importancia determinante que tiene en nuestras vidas. ¿Y qué hacemos con él? se lo damos a políticos y banqueros para que hagan con ello ¡lo que les dé la gana!

No puede ser. No tiene sentido. ¿Alguien puede imaginarse a las más tontas de las ovejas recolectando hierba para dársela a cuidar a algunas otras de su rebaño? Claro que no. De ninguna manera.

O sea, el rebaño humano es aún más tonto que el ovejuno.

El individuo humano debiera de preocuparse por ampliar cuanto le fuera posible el abanico de su conocimiento, para recorrer con mayor seguridad y no perderse en el camino de su vida; al mismo tiempo que de profundizar y adiestrarse en una, dos o tres, cuestiones específicas que fueran a ser su campo de trabajo. De esta forma estarían, por ejemplo, sintetizando, los gaiteros y los administradores. Los primeros sabrían soplar gaitas y contratarían a los segundos para administrar el dinero proveniente del viento único dueño de la Tierra según la encumbrada lumbrera nacional que nos ha traído la ruina total -. Es decir, el Gobierno y la banca serían una sola entidad ¡contratada por los gaiteros y por tanto a sus órdenes! no para hacer con el dinero lo que les saliera del interior de sus interiores.

Esto sería lo normal en una especie inteligente. ¡Pero! y esa es la madre del cordero, los sumandos humanos son heterogéneos, y el resultado de sumar pazguatos, mentecatos, bribones y ladrones es un bodrio intragable con menos posibilidad de ser nombrado que, por ejemplo, la adición de patatas con alpargatas, que vendría a dar algo así como patagatas fibrosas con coletas legañosas.

Cartas

Número de cartas: 46070

Número de cartas en Octubre: 8

Tribunas

Número de tribunas: 2087

Número de tribunas en Octubre: 1

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador