Balas para la próxima guerra
A pesar de la crisis, EE UU aprobó un presupuesto de Defensa para el presente ejercicio de 600.000 millones de dólares, mas que la suma de todos los presupuestos militares del resto de países del mundo, eso sin contar partidas adicionales que cada poco tiempo se suman a la ya de por sí estratosférica cifra, sobre todo para la logística y el pago a las empresas privadas de seguridad y contratistas varios que prestan sus servicios en algunos de los países donde USA interviene, particularmente Irak y Afganistán.
Una buena parte del presupuesto de Defensa se lo llevan algunas empresas que fabrican armamento de muy alta tecnología, portaaviones y submarinos de propulsión nuclear, aviones muy avanzados, misiles de diversos tipos, radares, carros de combate, etc. También se lleva una partida importante el arsenal atómico, misiles estratégicos balísticos emplazados en tierra, en silos fijos o sobre plataformas móviles (ICBM), misiles estratégicos balísticos embarcados en submarinos (SLBM), misiles de crucero con ojivas nucleares tácticas o estratégicas, etc. Sin olvidarnos de los ingentes recursos que absorbe la carísima Iniciativa de Defensa Estratégica, mas conocida como Guerra de las Galaxias, que inició en su día el presidente Reagan y a la que se ha incorporado con entusiasmo Obama, que ya ha conseguido que algunos países de Europa, entre ellos España, cedan su suelo para instalar armas y sistemas antimisiles, dicen que para defenderse de un hipotético ataque de Corea del Norte o de Irán, aunque Rusia está convencida que es para intimidarla con la amenaza de un golpe nuclear sin posibilidad de respuesta.
La variedad de armamento que poseen las FF AA de los EE UU es tan grande que necesitaríamos una enciclopedia de muchos volúmenes para describirlo y pormenorizarlo, sin incluir los proyectos en diferentes fases de estudio o desarrollo, entre ellos, lo que mas nos ha llamado la atención, a pesar de su aparente modestia y pequeñez, son los trabajos de la corporación Lockheed Martin, a petición del Gobierno, para la creación de una bala de fusil autodirigida que pueda hacer blanco en objetivos a una distancia de dos kilómetros, variando su trayectoria hasta 30 veces por segundo para impactar, sin error posible, en personas u objetos designados con láser. La citada bala, aparentemente, no se diferencia mucho de las que utiliza cualquier fusil de asalto, pero incorpora un sensor óptico (para seguir el láser) y unas pequeñas aletas que se despliegan cuando sale del cañón del arma que la dispara. Podrá ser empleada en todo tiempo y en condiciones de escasa visibilidad.
Esa y otras municiones se agregarán al arsenal de aviones sin piloto, robots y toda una nueva generación de armamento con un salto tecnológico muy importante conseguido a base de ingentes cantidades de dinero público, que permitirán al Imperio seguir violando la soberanía de otros países y matando por el mundo minimizando sus propias bajas, mientras el complejo militar-industrial se queda al margen de la crisis que afecta a tantos norteamericanos, obteniendo mas beneficios que nunca.
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