Gatuperios
Cuénteseme entre los que habrán leído con interés y provecho, en LA NUEVA ESPAÑA del 03.02.12, la carta de M. Escandón Álvarez sobre el perro del Sr. Alcalde de Oviedo y sobre el suyo, ambos English Bull Terrier; una muestra de cómo este periodismo de pobres de las cartas de los lectores puede, en ocasiones, despertar no menos estímulos cívicos que el más sesudo de los editoriales.
Permítaseme dar cuenta de una modesta experiencia personal, en cierto modo paralela a la del Sr. Escandón. Mi opinión política, manifiestamente mejorable, del entonces presidente Areces mejoró considerablemente cuando supe por una relación común (se entenderá que preserve la confidencialidad de la fuente) que tenía como mascota un gato de la misma raza que el mío; un Scotish Fold (raza muy poco común); y que no era raro que Areces descabezara un sueño durante el telediario de la TPA, arrullado por el ruido del mansísimo ronroneo de Proudhon, apoltronado a sus pies (así le llama Tini a su Fold ; al nuestro le llamamos Fidelio, pero no atiende y tenemos que recurrir al mishu-mishu y push-push de toda la vida).
Nada más ajeno a mi intención que marcarme un farol (o dos) recordando, con Baudelaire, que el gato es la mascota de los amantes fervientes y de los sabios austeros. Será tal vez que Baudelaire no es demasiado leído entre nosotros, pero lo cierto es que los gatos siguen sufriendo una reputación más que dudosa. Por el expeditivo procedimiento de asociarlos a vocablos de tan mefítica resonancia como vituperio, improperio o dicterio, tenemos gatuperio, con los gatos implicados en todo tipo de marrullerías públicas y privadas, sin que nadie se cuide en su caso de la presunción de inocencia. No me atrevería a jurar que nuestro Scotish Fold tenga un sentido del humor tan marcado como el English Bull de Caunedo y de Escandón, pero un poco guasón sí nos parece y la Wikipedia lo describe como un animal muy amistoso, dulce y compañero, que confía plenamente en el ser humano, lo que no le impide tener un carácter fuerte y gran instinto cazador.
Como rasgo físico definitorio, destaca la Wikipedia que el Fold escocés posee pies redondos y una cola gruesa de tamaño medio. En estos tiempos de crisis integral, las mascotas podrían ser el eslabón cordial entre los dirigentes y la ciudadanía (la yeguada de Gabino, la hípica de Bono, el Bull Terrier de Caunedo, el Scotish Fold de Areces). Si es mucho pedir que se les obligue por ley a incluir las mascotas en la declaración de bienes, ganarían los candidatos dándolas a conocer espontáneamente. Sería una información valiosa para los electores por aquello de que no hay animal que no se parezca al amo. Y además tendrían asegurado el voto de la familia que descubre, enternecida, que comparte afectos con el líder por la misma mascota.
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