El deporte español
Algunas reflexiones respecto a la polémica surgida en torno a los supuestos ataques de la prensa francesa al deporte español:
No acabo de estar de acuerdo con el concepto de «deporte español» de la mayoría. Me parece comprensible que el personal se alegre cuando Nadal, Contador o el que sea gane (por aquello del paisanaje), pero tan deporte español como eso (o más), son el atletismo, la gimnasia o la natación, éstos sí, financiados principalmente con dinero público (y no por multinacionales como los anteriores) y donde rara vez se consigue algún éxito. El hecho de que unos multimillonarios nacidos en España sean muy talentosos en algunas disciplinas muy concretas, a mí, personalmente, no me llena de orgullo.
Coincido con la mayoría en que el vídeo de los guiñoles franceses sobre Nadal no es nada afortunado y que probablemente sea hasta querellable, pero apostaría que si hubiera sido un canal español metiéndose con Armstrong, Djokovic, Hamilton o cualquier otro rival de deportistas españoles, la mayoría de la gente lo hubiera encontrado divertidísimo.
No conozco Francia a fondo ni a ningún francés, pero albergo serias dudas acerca de esa idea extendida de que «los franceses nos tienen envidia por nuestros éxitos deportivos». Insisto, desde el desconocimiento, me atrevo a sospechar que el común de los franceses dedica más bien poco tiempo a pensar en el hecho de que los deportistas profesionales españoles sean muy talentosos en unas cuantas disciplinas (¿alguien tenía o tiene envidia a Brasil por sus futbolistas, a Marruecos por sus atletas o a China por las medallas que gana en los JJ OO? Yo no, francamente).
Aunque no tenga mucho que ver, no puedo dejar de pensar en cuánto mejor nos iría si el orgullo español se viera herido en la misma medida cuando nuestros gobiernos se arrodillan ante bancos y multinacionales, cuando comprobamos diariamente que la corrupción está generalizada e institucionalizada, o cuando se demuestra de forma fehaciente que la judicatura está plagada de franquistas. Tenemos por delante un futuro negro.
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