A Mariano Rajoy se le ha visto el plumero
Eso es lo que yo pienso al leer en LA NUEVA ESPAÑA, que el Gobierno (don Mariano y compañía) había ascendido a don Gabino de Lorenzo nada menos que a delegado del Gobierno en Asturias o para Asturias.
Señor Rajoy: ¿es simple coincidencia el ascenso de don Gabino? Las malas lenguas comentan que don Francisco Álvarez-Cascos y don Gabino de Lorenzo son algo así como el agua y el aceite.
Analicemos la situación del Principado de Asturias: don Francisco Álvarez-Cascos, presidente del Gobierno del Principado de Asturias por decisión electoral.
Don Gabino de Lorenzo, delegado del Gobierno en Asturias por decisión de uno de los dedos de don Mariano Rajoy. O sea, delegado del Gobierno equivale a un «peldaño» más alto que presidente de la provincia asturiana. ¿O no?
Presidente también equivale a un «peldaño» más alto que alcalde, luego... Hubo picaresca con este ascenso, señor Rajoy, o a quien esto suscribe se le fue la cabeza. El caso es, señor Rajoy, que es muy posible que con su malabarismo político usted nos haya metido la «guerra» en casa a los asturianos y asturianas.
Me explico: si no hay buena «sintonía» entre el delegado del Gobierno y el presidente del Principado no pueden ir bien las cosas, ya que quien ostenta un poquito más de mando siempre podrá obstaculizar las decisiones de su «subordinado».
Cambiemos de tercio.
Don Mariano, no sé cómo gobernará usted ni hacia qué lado inclinará «su balanza» (tanto habló en campaña de mejorar la economía de los más desfavorecidos), pero para mí, y sin duda alguna, usted seguirá la misma línea de otros presidentes de la «democracia española» (aunque éstos eran de izquierdas, excepto don José María Aznar), los cuales gobernaron como lo hicieron durante cuarenta años los seguidores del general Franco; es decir, para la España capitalista.
Si he entrecomillado anteriormente «democracia española» es porque yo no creo en una democracia donde existen diferencias salariales tan abismales como las siguientes.
Dos ejemplos: don Rodrigo Rato cobra un sueldo de 2,34 millones de euros anuales por dirigir un banco (...).
Don Francisco Luzón deja el Santander con una pensión de al menos 55,9 millones de euros. –La Nueva España del viernes 20 de enero de 2012.
Personalmente, considero que los emolumentos salariales que perciben estos dos señores (y el suyo también, don Mariano) son un insulto al hambre y a la pobreza de millones de compatriotas, ya que en España cinco millones de personas (aproximadamente) no pueden laborar por carecer de trabajo. Tampoco hemos de olvidar las miserables pensiones de poco más de quinientos euros mensuales, que son muchas. Pero hay algo más, señor presidente: no solamente en nuestra piel de toro hay míseras pensiones, sino que también puede usted comprobar la infinidad de salarios que rebasan muy poquito esas pensiones. Téngalo en cuenta, señor presidente, y demuestre usted que lo que decía en campaña electoral respecto a los/as más necesitados no era una promesa partidista.
Concluyo este escrito, señor Rajoy, diciéndole que yo no le estoy pidiendo nada para mí.
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