El precio de la fama
Las grandes voces de la música poco a poco se van apagando, unas mas tarde que otras pero al final todas se acaban marchando. Nos dejan sus voces como único recuerdo de ellos, esas canciones, que tras ellas podemos sentir que siguen vivos aunque sólo sea por 4 minutos.
Se van desvaneciendo como fichas de dominó unas detrás de otras, y detrás de ellos nos dejan una carrera a medias, sin terminar. Personas con mucho talento y en la mitad de su carrera profesional deciden comenzar un camino que a corto plazo les acabará perjudicando, pero es el precio de la fama lo que acaban experimentando. Demasiado dinero que no saben controlar y que al final les acaba por matar.
Grandes artistas de la talla de Kurt Cobain o Amy Whinehouse ya son un mito. Pasaron de ser grandes cantantes, cada uno con su estilo, en Nirvana y en solitario respectivamente, a formar parte de El Club 27, los principales cantantes que han muerto a los 27 años desgraciadamente. Han dejado toda una vida que no han sabido disfrutar plenamente.
Recientemente se ha sumado otra víctima mas. Nos ha sorprendido en la prensa o en cualquier medio de comunicación, la muerte de una gran diva, Whitney Houston que nos dejaba con 48 años dejando una gran carrera en nuestra mente. Su I will always love you no volverá a sonar como antes ya que ahora solo es un recuerdo, un recuerdo de una voz ya apagada para siempre.
Es curioso, cuando fallece un gran artista sus ventas de discos se disparan llegando a records históricos, pero ¿porqué no se hace eso cuando está vivo, para que así pueda saber que hace un buen trabajo y que tiene millones de fans? El Rehab de Amy Whinehouse nunca había sonado tanto cuando estaba viva, pero es cuando se pierde a un gran cantante cuando sus canciones son las mas escuchadas. Lo mismo pasó con John Lennon, el día que murió la gente salió a la calle cantando una conocida canción suya, cosa que nunca antes había pasado cuando aún vivía. Parece como si la música sonará diferente cuando nos dejan sus vocalistas ya que ahora son solo remembranzas de grandes autores exánimes.
En mi opinión el precio de la fama es muy caro, pero hay que saber llevarlo lo mejor que se pueda. Las grandes voces de los artistas se van apagando lentamente. Son muchas pero deberían ser pocas porque aquellas que un día nos dejaron todavía hoy podían seguir cantando y poniéndole música al mundo. Por todas estas voces que siempre estarán en nuestra memoria, que descansen en paz.
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