La Nueva España » Cartas de los lectores » Carcoma progre e involutiva

Carcoma progre e involutiva

3 de Marzo del 2012 - Cosme Ruiz Pérez (Gijón)

En una sociedad, en general frívola e ideologizada como la nuestra, se suele colocar a sus miembros fáciles etiquetas de pertenecer a izquierdas, derechas, centro, etcétera. Así, por pura apariencia o conveniencia sociopolítica, se simplifica todo el «meollo» y el trasfondo del comportamiento humano. La naturaleza nos dio a todos un mismo «patrón» con el que pensar y tomar decisiones: materia (cuerpo) y espíritu, que anima a aquél a tomar decisiones, a las cuales, sin darnos cuenta, llegamos a veces por sendas psicológicas complejas y no por la vía fácil con que esas etiquetas nos catalogan. Muchas veces nos pasa a nosotros mismos que, por esa misma complejidad de intereses, pasiones y esclavitudes (ya lo decía San Pablo), nos vemos forzados a hacer lo que no queremos, siendo así elementos de contradicción y despiste para los demás.

Todo lo dicho hasta aquí sería normal y se podría justificar por la propia debilidad humana si no fuera porque, hoy día, arrecian mucho más que antes, sobre todo en las alturas, corrientes de conveniencia «políticamente correctas» que, en el decir y actuar, borran la nitidez de la línea separadora entre el «digo y el Diego». Es lo que se llama «progresía» y que está a todo lo que conlleve «aparentaje, no quedarse rezagado y el reconocimiento en ese nuevo status social».

En la «cosa pública» de nuestro país, el ocupar puesto y el voto tentador son la recompensa a este modo de proceder. Partidos cada vez más parecidos en todo lo «progre» e importante son la «carcoma» que roe los fundamentos de la sociedad a través de leyes acumulativas que siempre dejan «poso», evitando nitidez y profundidad (todo da igual) con el partido que suceda en el poder.

Dos muestras: a nivel nacional, el señor Gallardón, nuevo ministro de Justicia de la llamada «derecha infiltrada» de este país, que, pocos días antes, había dado muestras de apostar por la vida y no por esta ley del aborto, va y se congracia a continuación con una cadena «progre», la SER, a la que declara que el matrimonio entre homosexuales «no vulnera la Constitución». Su conmilitón F. Díaz «remata el paripé» negándolo: el mal, bajo apariencia de precipitación y despiste, ya está hecho. Es decir, esta «mácula» de la agradable progresía que contenta a todos, de que todo cabe, ya está ahí...

En la segunda muestra, este invento de «carcoma progre e involutiva» vemos que ya es general. Es el caso del gran «chef» de la progresía mundial, señor Obama, que en su polémico programa de salud quería obligar a asociaciones religiosas sin ánimo de lucro a ofrecer a sus empleados la esterilización, anticoncepción y fármacos que inducen al aborto para controlar la natalidad. Es decir, todos por el mismo aro, aunque esto viole tu conciencia. Ni qué decir tiene la contundente respuesta de una verdadera sociedad civil y, sobre todo, de la Iglesia católica, a la que se sumaron más tarde otras religiones, incluido el judaísmo. Obama tuvo que desdecirse, pero... ¿cómo es posible que se intente esto en un país donde el ejercicio libre de la religión ocupa el primer lugar en las declaraciones de sus derechos? Siempre el mal se encarnó en todo lugar.

Cosme Ruiz Pérez

Gijón

Cartas

Número de cartas: 46083

Número de cartas en Octubre: 21

Tribunas

Número de tribunas: 2087

Número de tribunas en Octubre: 1

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador