Hispanos en la campaña presidencial
Con 50 millones de castellanoparlantes, la comunidad hispana de EE UU es, después de México, el núcleo poblacional mas numeroso que habla español, por delante incluso de la propia España.
Los hispanos representan un importantísimo 17 % de la población USA y el español es el segundo idioma mas hablado en la Unión, pero, pese a ser un colectivo numeroso y con una cultura fuertemente arraigada que mantiene nexos muy fuertes entre las distintas procedencias y pese a tener, incluso, una religión común (son casi todos católicos) que también sirve de catalizador para la hermandad entre las distintas comunidades, los hispanos no tienen la influencia social y política que su alta población y su cultura merecen, como también su contribución al desarrollo económico de la primera potencia mundial.
Con la llegada del presidente Obama al poder, parecía que las comunidades no anglosajonas ascenderían en reconocimiento social, y ha sucedido así con los negros, pero los hispanos han sido relegados al último peldaño, en el que viven los que solo son vistos como mano de obra barata o soldados, carne de cañón, en las aventuras imperiales.
Hay dos factores que influyen poderosamente en la relegación de los hispanos, por un lado su deficiente media cultural y por otra su propia incapacidad para organizarse como grupo de presión. También que tienen la renta per cápita mas baja de todos los ciudadanos de Norteamérica y, por ello, menor facilidad para imponer sus demandas.
Este es un año de elecciones presidenciales en los EE UU y otra vez los políticos acudirán, pedigüeños, a solicitar el apoyo y el voto de las distintas comunidades, incluida la latina. Esta vez los hispanos deben exigir contrapartidas tangibles y verificables y que el próximo presidente, sea del partido que sea, esté obligado a tenerlos muy en cuenta.
La comunidad hispana de los EE UU no solo debe tener peso por sus representantes en el mundo del espectáculo, eso es lo menos importante, también porque su idioma tenga el reconocimiento político de segunda lengua, el que le da la realidad social, y porque tengan el mismo trato y las mismas oportunidades que el resto de ciudadanos de los EE UU.
Este año electoral es una buena oportunidad para hacer valer su fuerza y exigir lo que se han ganado por derecho propio.
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