Por favor, controlen la higiene pública
Aprovecho la circunstancia de la reciente renovación de la Alcaldía de Oviedo para instar al nuevo equipo de gobierno a esmerarse en el cumplimiento de la normativa vigente en lo relativo a higiene pública y, especialmente, cumpliendo con el contenido de los artículos 33 y 34 de la Ordenanza de Limpieza de Vías Públicas y Recogida de Residuos Sólidos, aprobada definitivamente por el Ayuntamiento Pleno el 6 de julio de 1993, para evitar el manifiesto perjuicio que a los ciudadanos produce la abundancia de excrementos de animales domésticos depositados diariamente en determinadas vías públicas y jardines de la ciudad.
Algunos propietarios, concretamente de perros, no sólo se olvidan de pasearlos sujetos con la preceptiva correa (o bozal en su caso) exigida por la Ordenanza Municipal de Parques y Jardines, en vigor desde 1986, sino que además se despreocupan del cumplimiento de las disposiciones relativas a los excrementos dejados por los mismos, como viene ocurriendo en la proximidades del Palacio de los Deportes, donde es lamentable ver a los operarios municipales y otros particulares, como es mi caso, limpiando dichos residuos previamente al segado y acondicionamiento de los jardines públicos y privados, por la desconsideración de otros vecinos que, si bien son amigos de los perros, no lo parecen tanto de sus conciudadanos.
Con un poco de buena voluntad por parte de quienes pasean estos animales, posiblemente una campaña en favor de la higiene pública guiada por el Ayuntamiento y apoyada por las asociaciones vecinales o, en última instancia, aplicando alguna de las medidas coercitivas que habitualmente utiliza la Policía Local, aunque redundase en perjuicio de los ingresos que el municipio percibe por su conocida afición al control de los estacionamientos de vehículos en la zona, quizá mejorasen las conductas que denuncio, favoreciendo a los residentes y especialmente a esos niños que suelen «escaparse» alguna vez al jardín más próximo ignorando, como inocentes, lo que pueden hallar y sus consecuencias.
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