El Veneranda Manzano, a favor del maltrato animal
Sí, el Colegio Público Veneranda Manzano está a favor del maltrato animal. Quizás haya quien se eche las manos a la cabeza y diga que es una barbaridad lo que estoy diciendo, pero es así, si nos ceñimos estrictamente a lo que se está haciendo con los gatos que viven en libertad en las cercanías de ese colegio, dándoles caza y llevando al albergue municipal a correr la peor de sus suertes y prohibiendo el alimento con sus consecuencias, y teniendo en cuenta que es su directora la que no dejó de pedirlo por activa y pasiva a este Ayuntamiento, lógicamente este colegio está a favor del maltrato animal, porque lo que se está haciendo con estos animales es un claro maltrato. Su directora no dejó de quejarse de que se encontraba «cacas» en el colegio y que eran de los gatos, cuando sabe perfectamente que no es así, y si hubiera alguna, muy de vez en cuando, son de algún perro, pues así se sabe y se comenta. Como también se comenta que si no quiere que entre ningún animal debería pedir que se cierre como Dios manda este colegio, que si lo hubiera pedido con tanta insistencia como que le quitaran los gatos de delante hoy ya estaría cerrado. Pero no, se dedicó a aburrir al Ayuntamiento con sus quejas, a comerles la cabeza a cuatro paredes de que aquello era «insalubre para sus hijos», cuando, dicho sea de paso, no creo que ninguno haya comprobado por sí mismo que aquello fuera real; es más, conozco a padres que tienen a sus hijos en ese colegio que no comparten para nada cómo se está llevando este asunto, porque ven que estos gatos no molestan a nadie. Hasta hizo una manifestación donde se permitió el lujo de sacar a niños sujetando unas ridículas pancartas (las cuales, también dicho sea de paso, hubieran secundado ésta y cualquier otra manifestación), con unas fotos que no demostraban nada (ya que en ellas no vi ni un solo gato defecando) y, lo mejor de todo, ya que se retransmitió en la TPA, ella hablando, donde no se le cayó la cara de vergüenza al decir que «sólo eran 4 o 5» y que «lo de las cacas no era todos los días, pero hoy había una», y detrás de ella, un hombre arrodillado haciendo espuma en el asfalto del patio (limpiando la supuesta «caca») como para hacer un jacuzzi. Dios, era todo de lo más ridículo, vergonzoso, y esta sensación fue generalizada. La verdad es que esta directora se ha hecho famosa, pero por todo lo contrario por lo que debería serlo cualquier director que se precie, claro; todos, absolutamente todos los comentarios sobre ella y su manera de actuar son negativos: como director de un colegio no me gustaría estar en su piel. Sepa que en este humilde barrio no estamos acostumbrados a estas pomposidades y que estábamos muy tranquilos sin usted, que en 25 años que tiene este colegio jamás hubo ningún problema, hasta que usted llegó, y que los alumnos que han pasado por este colegio hoy en día están sanos y fuertes como robles. Quizá tengamos suerte y no se quede mucho tiempo. Sepa, señora directora, que no nos gusta. Váyase, señora directora. Váyase.
José Fernández Barreiro
Oviedo
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