Inundaciones
En relación al artículo publicado el pasado día 27 y titulado «Cuando el Nora crece» me gustaría pedir al Ayuntamiento de Siero y a la Confederación Hidrográfica del Norte que, por favor, apliquen el sentido común. Es desesperante comprobar cómo en el informe que el propio Ayuntamiento remite a la Delegación del Gobierno con la identificación de doce puntos sensibles en el territorio sierense, que, por otra parte, estoy seguro de que lo serán, se olvidan justamente del punto más conflictivo debido al riesgo vital que implica sobre la vida de los residentes, en su mayoría campesinos que ven cómo continuamente sus casas se anegan con más de un metro de agua, como pueden atestiguar los Bomberos o el 112 de Protección Civil, que han tenido que evacuar en helicóptero a ancianos incapacitados que han quedado aislados con el agua por la cintura... No hablamos de fincas, cuadras, ni animales, que bastante grave es ya, hablamos de personas y vidas humanas. Esta zona a la que me refiero es la Llera, en Las Folgueras de Colloto, y está situada entre la nacional 634 y la autovía A-66, muy cerca del polígono del Espíritu Santo, donde el Nora limita el concejo de Siero y Oviedo (quizá el problema sea ése), a la altura de la desembocadura del colector del Espíritu Santo, hecho éste que, por si fuera poco, contribuye a acrecentar el problema de los desbordamientos, si le unimos el incremento de altura por acumulación de tierras después de las obras de un colector que tras varios años sigue sin estar operativo, produciendo tapones y desniveles, y como consecuencia de las acciones emprendidas por la Confederación Hidrográfica del Norte en las intervenciones realizadas en esta zona, proyecto de encauzamiento del río Nora, ejecutadas en el año 1998, donde muchos de los vecinos aportaron gratuitamente fincas y tierras para ampliar el cauce con la esperanza de solucionar un problema según decían, pero donde no se dejaron las alturas necesarias para la contención, la situación se traduce en un núcleo de población que ha sufrido en la última década cinco inundaciones muy graves. Imagínense por un momento lo que es vivir en el miedo permanente a perderlo todo cada vez que llueve seis horas seguidas, a perder lo único..., imagínense lo que es volver a empezar continuamente desde cero, y van éstos y parece que se les olvida. Señores, espero que no llegue el día en que todo será tarde.
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