Ignorada y ausente
Este país sufre una crisis perfecta: la mundial, y la suya propia que prolongará sus efectos devastadores situándonos en lugares de dependencia por tiempo sin definir. Esa «suya propia», es la de toda la vida: rígida y reglada, ajena al mundo que se flexibiliza, avanza y evoluciona alrededor. Es fácil enumerar los problemas que debemos superar para no ser arrastrados al fondo del agujero: 1) Desarrollar la FP permanente en su concepción más avanzada, libre e independiente de la FP inicial reglada, aunque no desligada de la misma. 2) Desarrollar medios de producción automatizados, la bajada de sueldos no nos hará competitivos, solo conseguirá matar lo poco que pervive en nuestra economía-. 3) Producir con los medios más avanzados aquellos productos competitivos capaces de ser exportados; reducir exclusivamente las importaciones a lo necesario para innovar los sistemas productivos y, todo lo demás suntuario, gravarlo con un alto IVA: ¡qué el negocio no puede ser traer palos de golf a 6 euros para venderlos a 49.90! Pero, para ello, hay que poner los medios, y el primero, y más importante, la «FP permanente de carácter ocupacional para la empleabilidad de las personas a todo lo largo de la vida». Concepto que no se conoce salvo por sus corrompidas versiones. Estos últimos 30 años han sido de tal gravedad, que todos los conceptos ligados a esta formación han sido corrompidos por un oportunismo interesado que subvirtió todo el significado real de los mismos.
¿Qué es entonces la FP permanente? Pues un concepto amplio de la formación que se hace necesaria a todo lo largo de la vida, ligada a la empleabilidad de los ciudadanos y al desarrollo de sus actividades laborales; un concepto dinámico y flexible que profundiza en el conocimiento a partir de la acción práctica. Debemos analizar los puestos de trabajo similares que conforman una ocupación para así desarrollar todos los conocimientos necesarios que componen la realidad de sus acciones o tareas. No, no consiste en robotizar o monitorizar al ser humano, como pretenden quienes no han sido capaces de invertir en robots y maquinaria automatizada; sino que consiste, dada la dinámica de los cambios, en preparar a las personas para ellos, e incluso que ellas mismas los puedan proponer desde el conocimiento y su acción en el puesto de trabajo, o bien puedan enfrentarse al hecho de cambiar de ocupación en busca de empleo. Es decir, se mueve en el campo de las destrezas cognitivas que más allá de los conocimientos de la FP inicial son requeridas de cara a la empleabilidad y la actividad retribuida de una persona que le permiten una vida social y cultural plenas. Destrezas obtenidas por medio de formaciones específicas de la ocupación o de profundización en tecnologías; todo ello, a partir de una sólida formación inicial. Es, por tanto, una formación ligada a la empresa y a la actividad en la propia empresa con el fin de conseguir la competencia necesaria que dará autonomía profesional a las personas. Lo que no es: es una apuesta por el adoctrinamiento interesado y «privado» con monitorización y creación de docilidad, consiguiendo «buenos» trabajadores pastoreados por «buenos» sindicatos, liberados y bien pagados, justificados en la opresión de esos mismos «buenos» trabajadores, que consienten intereses espurios. Esto es lo que pretenden quienes nos metieron en el pantano de esta crisis, actitud que intentan perdurar con la impropia formación dual que proponen ahora, subiéndose a la chepa de todos para salvarse ellos y así mantenerse arriba y salir del pantano mientras los demás se ahogan y bregan en el fango empantanado de estos «responsables». Sólo con una digna «FP permanente pública por medios propios de carácter ocupacional para la empleabilidad de las personas a todo lo largo de la vida», auténtica formación dual con el trabajo libre e independiente de los ciudadanos de este país, podremos salir del agujero. No lo duden, tras 30 años donde los sindicatos aliados con la patronal y los Gobiernos defenestraron el concepto de FP permanente y abusaron de él violando todo su significado consiguiendo sumirnos en esta crisis, hay culpables. No secundemos sus persistentes malas acciones. ¡Actuemos correctamente!
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