¿Voto cautivo o voto anclado?
Hace pocas fechas se publicó una encuesta sobre la intención de voto en las próximas elecciones europeas. Un hecho destacado a mi entender y al de cualquiera que la lea con cierta objetividad, es el presunto descalabro del PSOE, quedando a cuatro puntos porcentuales de su principal rival, el PP. Digo presunto, porque todos los comentarios emitidos acerca de este hecho, dan por entendido que es un gran fracaso electoral, que los ciudadanos han decidido emitir un voto de castigo, que si las actitudes del presidente Rodríguez y su gobierno van a proporcionarle al PSOE el peor resultado electoral en muchos años, etc...
Prefiero hacer otro juicio de valor y sorprenderme a mi mismo con lo poco que es capaz de perder un partido en una situación como esa. No mencionaré todos los errores, propios y ajenos, cometidos por el gobierno en el último año, no es necesario, cualquier persona medianamente informada es consciente de ellos. Al final la reflexión más importante que considero, es la supuesta cautividad del voto, como si fueran los partidos los propietarios de los mismos en vez de los ciudadanos; de ahí el encabezamiento de este texto. ¿Hasta que punto somos conscientes de la responsabilidad que tenemos a la hora de emitir nuestro voto? ¿No seríamos mucho mas críticos con el mismo si con él pudiéramos decidir, por ejemplo, a nuestro jefe en el puesto de trabajo?
Tenemos con nuestro voto capacidad de decidir y de cambiar las cosas. ¿No será que nuestro voto en vez de cautivo está anclado? Es decir, nosotros o nuestro entorno ha echado el ancla en una opción política y nos resulta difícil cuando no imposible, cambiar esa opción. Pero no debemos engañarnos, esto no es un equipo de fútbol que elegimos por una cuestión variada, sentimental, familiar o incluso de cercanía. No, elegir una opción política debemos hacerlo con responsabilidad y capacidad de análisis, no con sentimentalismo. Es nuestra gestión la que está en juego, no la honrilla de vencer al rival en un evento deportivo de más o menos importancia.
Soltemos el ancla y naveguemos por el mar de la política y de sus opciones que, por suerte para todos, cada vez son más y mas variadas, seamos capaces de aceptar que en un pasado elegimos una opción política equivocada o ni siquiera eso, elegimos una opción que nos defraudó con el tiempo. Adelante, pongamos proa al horizonte y alejémonos de la costa para explorar nuevos territorios. Cristóbal Colón se aventuró en el horizonte y cambió el mundo para siempre, hagamos lo mismo.
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