La Nueva España » Cartas de los lectores » Se te va a echar de menos Josemari

Se te va a echar de menos Josemari

7 de Marzo del 2012 - Oscár Marqués Cayuela (Gijón)

Con estas palabras quiero empezar y resumir a la vez el sentimiento que tenía hacia esta persona que conocí desde muy pequeño y que los recuerdos que me trae son siempre de buenas palabras, buenas tertulias y como decimos aquí: «Un buen paisano».

Tuve la suerte de conocer a «Josemari el cura», como le conocíamos en la familia y amigos, por mediación de mis padres. Nació en Ribadesella y mi padres de aquella eran de la pandilla. La amistad duró y creció y recuerdo las cenas que preparaban mis padres en casa, en las cuales mi madre generalmente le hacía de primero una crema de cebolla que le encantaba; Josemari era de buen yantar. En esas cenas estábamos mi hermana y yo, y nos quedábamos como bobos escuchándole hablar, sus expresiones, sus gestos, su forma de ver las cosas. Jamás siendo cura como era se pronunciaron en esas cenas palabras sobre Dios o la Iglesia, quizás por eso en aquella época lo veía como un personaje extraño. No era el típico cura al que estaba acostumbrado del colegio, gracias a Dios; a eso le añadías anécdotas que me contaba mi padre, como la de meterse en el chigre a tomar algún vinín con los obreros, de colectas que hacía en la parroquia los domingos para ayudar a una u otra familia que estaba pasando necesidades o toques de atención que le había pegado el Arzobispado por ser él mismo. Una persona que disfrutaba como nadie de un puro y el partido de su Sporting del alma.

Pasaron los años y fue él quien casó a mi hermana, pidiendo al final de la ceremonia un aplauso, quizás un detalle sin importancia, una tontería, pero algo que me gustó, eran ese tipo de detalles los que hacían a Josemari un tío grande. Le daba igual que hubiera gente que se llevara las manos a la cabeza por aplaudir en la casa de Dios, él veía las cosas de otra manera, él era de otra manera.

Un día paseando por Gijón lo volví a ver después de tiempo, ya estaba malín y su aspecto me impresionó. Pero seguía siendo él, me estrechó la mano y me abrazó como siempre con ese cariño que transmitía, preguntándome qué tal todo, qué tal mi hermana Laura, qué tal mis padres. Josemari era un tipo genial, llano, ese tipo de gente con los que se está a gusto charlando. Aquella fue la última vez que lo vi y recuerdo que me dio una pena enorme saber que una persona tan buena le tocaba ahora lidiar con una enfermedad tan dura. Digamos que en esta batalla tuvo más suerte la enfermedad, porque le pilla unos años más joven y se la come con patatas.

Ahora nos dejas y esto es simplemente algo que quería escribirte a modo de despedida, unas palabras para recordarte y para decirte que ¡cuánta más gente como tú nos hace falta!

Se te va a echar de menos Josemari...

Descansa en paz.

Cartas

Número de cartas: 46083

Número de cartas en Octubre: 21

Tribunas

Número de tribunas: 2088

Número de tribunas en Octubre: 2

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador