Oposiciones médicas de atención primaria sin respuestas
Manejando internet y buscando a través de Google: AEMPS (Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios), introduciendo en su base de datos CIMA el principio activo adenosina, obtendremos toda la información oficial sobre las indicaciones y manejo de este medicamento. Se puede observar inmediatamente que éste es de uso exclusivamente hospitalario. Conviene recordar que las especificaciones de la ficha técnica de un medicamento imperan sobre cualquier otro criterio. Con este dilema me encuentro durante la realización del último examen de las primeras oposiciones de atención primaria para médicos realizadas en Asturias en un ejercicio que trataba de supuestos prácticos y su forma de abordarlos desde el ámbito de la atención primaria. Era un examen escrito, y para realizarlo el opositor podía llevar al examen cuanto material considerase oportuno para consultar. Se presentaba un supuesto real de un tipo de arritmia con el correspondiente electrocardiograma, exigiéndose cuál era su tratamiento específico y su vía de administración.
Guiándose por inercia académica la respuesta era la adenosina, y tanto la vía de administración como su pauta progresiva que se exigía no podía ser otra que la especificada por la propia ficha técnica, pero al mismo tiempo, tal como se ha dicho anteriormente, siguiendo las directrices de la misma ficha, se advertía tajantemente que este medicamento es de uso exclusivamente hospitalario. Resultaba, pues, desconcertante que se exigiera para superar una prueba práctica dentro de la atención primaria saber aplicar la administración de un medicamento de uso exclusivamente hospitalario.
El siguiente supuesto hacía referencia a una posible tuberculosis renal donde se solicita su diagnóstico y tratamiento. Pero de nuevo existían deficiencias en la formulación del mismo. Se aportaba un dato clave confuso: cultivos de orina negativos, lo que descartaría por definición cualquier tipo de infección, en vez de haber especificado con propiedad médica: «urinocultivos convencionales negativos», tal y como así lo expresa la guía española de tuberculosis.
Evidentemente, tanto el planteamiento del examen como sus respuestas se hicieron desde un punto de vista meramente académico, y no como supuestos prácticos, tal y como figuraban en las bases de la convocatoria. Si el supuesto práctico se hubiera traducido en real, el caso sería judiciable, por aplicar un tratamiento en un centro de salud a un paciente cuando dicho tratamiento solo está autorizado realizarlo en el hospital. Y si por el contrario se exigían solo conocimientos académicos y no intervención, la elaboración del examen no se habría ajustado a las bases de la convocatoria, aparte de lo absurdo que sería exigir algo que no se puede realizar. Por todo ello, se recurre el examen aduciendo defecto de forma, al no atenerse a lo especificado en las bases. Se solicitaba, además, como es lógico, se enviaran las respuestas correctas para poder contraargumentarlas. Estas no se enviaron nunca, amparándose en la llamada discrecionalidad técnica del órgano calificador, y el recurso fue desestimado.
Siendo el examen MIR uno de los más prestigiosos de medicina y, por lo tanto, punto de referencia, donde tras realizarlo se dan las respuestas del examen y cabe la posibilidad de anular preguntas, por lo tanto existen derechos y garantías en el opositor, sorprende que en otros ámbitos se recurra a la opacidad del sistema al no enviar las respuestas y alegar la condición irrefutable del órgano calificador, lo que aboca inevitablemente a una situación de indefensión ante cualquier recurso que se haga.
Próximamente va a realizarse una nueva convocatoria de oposiciones de atención primaria. Es de esperar que en aras de la objetividad y la transparencia se descarten definitivamente los exámenes escritos, sustituyéndolos por los de tipo test, y sea de obligado cumplimiento enviar las respuestas, con posibilidad de poder recurrirlas si así procediera.
Ernesto Martínez, médico, Oviedo
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