¿Corrupción en Tapia de Casariego?
Los asturianos vivimos atónitos y asqueados ante el cúmulo de desvergüenzas y corruptelas a que está dando lugar el llamado «caso Marea», es decir, la trama de formas abominables con que una legión de cargos y dirigentes socialistas, funcionarios del Principado, etcétera, se están viendo involucrados en este vomitivo asunto. El encarcelamiento de los dirigentes y funcionarios socialistas José Luis Iglesias Riopedre, María Jesús Otero y Marta Renedo está sacando a la luz a toda una pléyade de políticos que, con una receptividad samaritana, vienen siendo agasajados con toda clase de favores corruptos de parte de las empresas Igrafo y Pumarín: que si el arreglo de un apartamento, que si un viaje de placer y lujo, que si un camión de jamones o paletillas ibéricas, etcétera.
Pues bien, entre los agraciados con sendos jamones ibéricos, tal como se revela («Oviedo-Diario» 18/02/2012, y «Revista Atlántica XXII» n.º 19, marzo 2012), están quien fue alcalde tapiego por el PP entre 1991-2011, Gervasio Acevedo y el aparejador municipal Segundo Barrera, a quienes, por cierto, jamás hemos visto en un restaurante pagando de sus bolsillos. ¿Aceptarían los jamones por hambre? ¿Tal vez rememorando las viejas costumbres de los maestros de escuela? A partir de aquí, ¿qué podemos pensar de estos personajes? ¿Qué deducir de quienes, como el ex alcalde Gervasio Acevedo y el todavía aparejador municipal Segundo Barrera, se dejan querer por el primero que llega con un jamón ibérico en las manos? ¿Era preciso aportar un jamón ibérico u otras prebendas semejantes para obtener licencias de construcción en Tapia? Personalmente, ¿se me habrá olvidado alguna exquisitez ibérica parecida cuando, en 2008, solicité licencia de construcción en la plaza de la Iglesia, que fue aprobada dos veces por la CUOTA y rechazada ilegalmente por Gervasio Acevedo, incluso después de presentar un contencioso administrativo y un recurso de casación, ambos rechazados por la justicia, y cuyas costas judiciales pagarán todos los tapiegos?
El alcalde Acevedo, recuérdese, es quien ha colocado a nuestro pueblo en el último lugar de Asturias en casi todo; es el culpable de gestionar indebidamente los equipamientos (centro de día, polideportivo y piscina natural), con los que creía que iba a salir a hombros, cuando lo que han supuesto, por su pésima gestión, es una deuda reconocida públicamente de casi siete millones de euros (más de 1.000 millones de pesetas). Es decir, el presupuesto de Tapia, de dos años.
Gervasio Acevedo ha sido el culpable de que el colegio público esté en ruina total, con el riesgo consiguiente para sus escolares; Acevedo es el culpable, además, de la pérdida de numerosos contenciosos administrativos, con el coste consiguiente para todos los tapiegos. ¿Algo más? Pues sí, hay más: ¿alguien duda de que el presidente Álvarez-Cascos ha echado fuera a Gervasio Acevedo, primero, por su incompetencia y después por estar implicado en este caso de corrupción, tal como acaba de hacer incluso con la directora general de la Vivienda?
En fin, las conclusiones son evidentes. Desde aquí proponemos a Gervasio y a Barrera que, si les queda algo de dignidad, donen sendos jamones ibéricos para una subasta pública en pro de nuestras fiestas carmelitas. Nunca es tarde para aprender, y en esto muchos tapiegos deberán aplicarse y sacar la cabeza de debajo del ala. Por otra parte, del nuevo gobierno municipal sólo esperamos que no haga verdad el viejo proverbio tapiego: arrancada de caballo, parada de burra. Les irá mucho mejor.
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