Integración y participación: claves en el sector público
Todos estaremos de acuerdo en que la tarea fundamental de las administraciones públicas es la de organizar y ofrecer a los ciudadanos servicios públicos, principalmente los de interés general o básicos, de manera eficaz y eficiente.
Pero en lo que se refiere al papel que debe exigirse a las administraciones públicas en todos aquellos aspectos relativos al desarrollo económico (fomento del empleo, impulso de la innovación, apoyo a la internacionalización de las empresas, política industrial, etcétera) es donde más puntos de desencuentro y, sobre todo, más confusión colectiva se produce.
Desde mi puesto de gestora y observadora de las políticas públicas regionales durante los últimos 20 años en el Gobierno de Asturias he conocido experiencias que pretenden impulsar el desarrollo regional, llevadas a cabo en Asturias y en otras regiones europeas, muchas veces acordes con las indicaciones de la Comisión Europea en documentos relacionados con la política de cohesión. Entiendo que hay dos importantes aspectos que deben ser incorporados a la manera de hacer política: el diseño de estructuras administrativas que integren el criterio de las diferentes administraciones y organismos competentes y la efectiva participación de los agentes socio-económicos implicados y de la población en general.
Subtítulo: Asturias debe ser ambiciosa apara acceder a fondos europeos
Destacado: La sociedad asturiana está adormecida, sobrecogida ante un panorama económico y político desalentador. Es necesario conseguir que participe en la construcción del presente y el futuro de la región
Existen infinidad de ejemplos que ilustran los despropósitos a los que se puede llegar si no existen mecanismos que den coherencia y rigor a las decisiones que se adopten, pero voy a citar uno muy claro y reciente: la política energética. Este ámbito resulta de vital importancia para el futuro de Asturias y de sus empresas. Pues bien, hace pocos años las decisiones apoyadas por los líderes regionales y nacionales eran las de acometer grandes inversiones en centrales térmicas y regasificadoras. Ahora un informe de la Comisión Nacional de la Energía cambia completamente la perspectiva y da un giro, ya previsible hace varios años, hacia las renovables. Las decisiones de este tipo deben ser tomadas con la participación de todos los agentes públicos y privados, tomando como referente un horizonte temporal a largo plazo, la existencia de un mercado global y, como mínimo, de estrategias europeas que en la actualidad vienen establecidas en la Estrategia Europa 2020 y por la hoja de ruta de la energía 2050.
El coste económico y social de las decisiones adoptadas fuera de un marco estratégico regional y sin la participación y el compromiso de todos los agentes públicos (administraciones nacional, regional, local) y privados (empresas, consumidores, ONG, etcétera) resulta inasumible en la actualidad.
Unido a lo anterior cabe hacer notar que la sociedad asturiana está adormecida, sobrecogida ante un panorama económico y político desalentador. Es necesario conseguir que participe en la construcción del presente y el futuro de Asturias. El papel de un Gobierno regional en tanto que coordinador y aglutinador de todo lo que tenga que ver con el desarrollo económico, social y medioambiental de la región resulta fundamental. Además, por si fuera poco aplicar el sentido común que nos recomienda hacer las cosas del modo óptimo, la percepción de fondos europeos a partir de 2014 estará condicionada a que seamos realmente ambiciosos en el diseño de estrategias regionales integradoras, inteligentes, sostenibles y participativas.
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