El Banco de España en Oviedo no es una numismática
El pasado jueves, 8 de marzo, los trabajadores empleados en la sucursal del Banco de España en Oviedo quedamos sorprendidos con el artículo «El tiempo ya tiene banco en Oviedo», escrito por Luis José de Ávila y que textualmente afirma en su subtítulo: «El Banco de España estudia cerrar su sede, un buen edificio para la Fundación Príncipe».
La sucursal del BE en Oviedo pertenece a la ya exigua red de sucursales, reducida tras sendos procesos de reestructuración interna en 2002 y 2011 a sólo quince centros en todo el territorio nacional. Nuestra sucursal ofrece numerosos servicios al público (servicio de reclamaciones del sistema bancario, CIR, suscripción de deuda pública, servicios de caja, etcétera), pero la actividad fundamental de la misma reside en ser un centro de tratamiento de efectivo. Esto supone distribuir billetes y monedas de euro a todo el Principado de Asturias, así como a la provincia de León, y el tratamiento diario de varios cientos de miles de billetes. La sucursal tiene encomendadas las mismas tareas que centros mucho mayores como Bilbao, Valencia, Sevilla o Barcelona.
Por ello nos ha sorprendido muy negativamente el desconocimiento tan profundo del articulista sobre nuestra institución y la falta más absoluta de rigor periodístico en el comentario. Desconocemos cuáles son las fuentes que le permiten aseverar al señor De Ávila la existencia de un supuesto estudio para suprimir nuestro centro de trabajo, pero las consecuencias para nuestra comunidad serían mucho mayores que las de eliminar lo que para él no deja de ser más que un «centro numismático», pues supondría, junto con la eliminación de los servicios que se prestan al ciudadano, la privatización del tratamiento de efectivo, cuyos costes acabarían por trasladarse al ciudadano a través de todo el sistema bancario.
Cuando las principales voces políticas y periodísticas en Asturias reclaman un mayor peso de nuestra región en España, no podemos más que censurar el que se escriba de manera tan ligera sobre una posible desaparición del Banco Central del Estado en nuestra región, por no mencionar la nula sensibilidad con los ciudadanos y con los empleados de la sucursal, muchos de ellos afectados por cierres anteriores.
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