Huelgas inocuas
El montañero preparaba muy temprano el equipo adecuado para iniciar otra aventura más. Aquella mañana, la temperatura exterior rondaba los cinco grados bajo cero. Nuestro personaje, seleccionaba el material dentro de casa; estaba calentito. Para alcanzar su objetivo, debía elegir ropa con la que enfrentarse a temperaturas bastante más bajas que la del exterior de su casa, así como del material de escalada que le permitiera culminar su objetivo. Todo este ritual en la preparación del equipaje, le iba adelantando mentalmente las peripecias de su gran objetivo; de tal manera, que ya estaba generando adrenalina para dar y tomar.
El éxito de su aventura reside principalmente, en elegir adecuadamente su equipo. Lo de la preparación física se sobreentiende. La ruta a seguir, podría ser incluso una incógnita. Este apartado, nos haría más arriesgado nuestro recorrido, pero no importa, añadir un reto más, podría alcanzar (nunca mejor dicho) cotas de vértigo.
El tejido trabajador de este país, de manera individual (como buenos montañeros, y al margen de asociaciones sindicales), deberá preparar el equipaje completo, para de esta manera, poder afrontar las inclemencias de la crisis laboral en ciernes, la cual se adivina dura en su duración y escalada.
Las huelgas sindicales en este país se adivinan con efectos inocuos, como las anteriores. Por lo tanto, el equipo a elegir, mejor individual.
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