Diego de Acevedo

21 de Marzo del 2012 - J. Jesús J. Suárez González (Gijón)

Se cumplen 200 años de la promulgación por las Cortes de Cádiz de la Constitución Española de 1.812, conocida popularmente como La Pepa, porque nació el día de S. José, fue la primera de nuestro país y una de las mas liberales de su época.

Pero no vamos a glosar aquí las bondades de aquella Constitución y su espíritu progresista, porque la verdad es que, contemporáneamente a su promulgación, España estaba en guerra contra los franceses y La Pepa no llegó a entrar en vigor, porque una parte de nuestra patria estaba gobernada por José I (Pepe botella), hermano de Napoleón Bonaparte y el resto por las Juntas Interinas, que bastante tenían con organizar una lucha muy desigual contra el ejército mas poderoso de Europa.

Seguramente la Guerra de la Independencia es la gesta donde los españoles han dado lo mejor de sí mismos. Sin distinción de clases sociales, ni esgrimiendo regionalismos estúpidos, toda España se levantó contra los invasores. Militares, bandoleros, curas, agricultores, artesanos, etc, todos sacaron los fusiles, los trabucos y las navajas para rebanar el pescuezo a los franceses.

Un liberal, admirador de las costumbres galas, como Francisco de Goya, pintó horrorizado los fusilamientos de Madrid y dejó aparcados sus ideales para defender la soberanía de su tierra.

Arapiles, S. Marcial, Zaragoza, Gerona, Vitoria, Bailén, Roncesvalles, etc, en muchos lugares de España corría la sangre y se luchaba hasta el final.

Ya el 25 de mayo de 1.808 la Junta del Principado de Asturias había declarado la guerra al tirano de Europa, ejerciendo las funciones de jefe supremo del Estado y cabeza de la nación, y había puesto un ejército de 20.000 hombres al mando del recién nombrado General en Jefe del Ejército del Principado, Joaquín Navia Osorio y Miranda, marqués de Santa Cruz.

Pero también hay otros personajes heroicos que han quedado para siempre en nuestra memoria: los capitanes Daoiz y Velarde, el teniente Ruiz, el cura Merino, Agustina de Aragón, el general Castaño (mandó las tropas españolas en la primera batalla que perdieron las tropas napoleónicas, la de Bailén) y miles de guerrilleros anónimos encuadrados en cientos de grupos organizados por toda la Península.

Sin embargo hay un militar al que tengo un especial cariño, Diego de Acevedo, otro personaje de La Guerra de la Independencia que solo existió en las pantallas de la televisión en blanco y negro de los años 60. Fue una serie de 13 capítulos dirigida por Ricardo Blasco y que interpretaba magistralmente Paco Valladares, el fenomenal actor que nos acaba de dejar. Es una pena que tengamos que bucear en los archivos de TVE para encontrarla. Junto con otros gloriosos nombres de nuestra escena, como Paloma Valdés, Carlos Larrañaga, Asunción Balaguer, Fernando Guillén, Gemma Cuervo, Emilio Gutiérrez Caba, Elisa Ramírez, Sancho Gracia, Manuel Alexandre, etc, Paco Valladares logró engancharnos a nuestra Historia gracias a la profesionalidad y buen hacer que luego repetiría en el teatro en La casa de las chivas, La fundación o Las mariposas son libres. En memoria de algunos de estos fenomenales actores ya fallecidos y de otros ya ancianos, TVE debería hacer una serie actualizada de Diego de Acevedo para conmemorar en 2.014 los doscientos años del final de la Guerra de la Independencia, eso sí, conservando la magnífica banda sonora original.

Los franceses fueron derrotados y volvió el absolutismo de rey Fernando VII, que enterró la maravillosa Constitución de 1.812 para siempre. Como Napoleón, D. Fernando, también era un tirano, pero nuestro.

Este es un buen día para acordarnos de La Pepa y enviar un saludo al mundo de los que nunca mueren para Diego de Acevedo y Paco Valladares.

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