Comida en la calle 2012, todos a disgusto
Todos a disgusto, y es que la recién estrenada organización de reserva de mesas para el Lunes de Pascua no deja a nadie contento.
Los cambios sufridos en la organización por supuestos malos usos de algún hostelero sobre la infraestructura municipal han provocado que desde el Ayuntamiento hayan decidido que todo el mundo guarde cola, una decisión muy igualatoria si no se tiene en cuenta un pequeño detalle: ahora nadie está contento.
Los hosteleros no tienen la posibilidad de disponer de las mesas cercanas a su local para ofrecer la posibilidad a sus parroquianos de comer en su bar en un día tan especial. Este favoritismo con los hosteleros nunca ha causado problemas, ya que es muy cómodo para todo el mundo; el que quiere ir por libre guarda la correspondiente cola en la Casa de Cultura, y el que no, que se apunte en el bar en cuestión, siempre y cuando éste no obligue a comer de sus viandas y a beber de sus bodegas. Esto parece haber sido el origen del problema.
Además de este aspecto, que afecta a hosteleros y consumidores, el hecho de que cualquier persona que vaya a reservar sitio pueda hacerlo sin límite de número de sillas me parece bochornoso; así es que la plaza del Carbayo ha sido reservada por una sola persona para más de quinientas personas (antes hablamos de decisión igualatoria, ¿recuerdan?). No pretendo que el objetivo de mis críticas sea dicho caso, pero es el caso de plazas más sangrante que he visto, lo que no quita que haya ocurrido otro tanto de lo mismo en la plaza del Ayuntamiento o en otros lugares donde una sola persona ha hecho reservas para medio censo de la villa.
Otro punto que quiero criticar es el horario seleccionado para apuntarse, lunes, a las 10.00 horas, así que los que tenemos la suerte de trabajar o nos cogemos el día de vacaciones (que no hubiera servido de nada, ya que hubo mucha gente que tuvo que volver el martes) o no podemos reservar un sitio de los que han dejado nuestros anteriormente citados conciudadanos y sus cientos de amigos.
Y, por último, ya que no quiero excederme en exceso, la crítica que a más ciudadanos afecta: el sistema de colas que utiliza el Ayuntamiento de Avilés, digno del siglo XIX. En el año 2012 me parece lamentable que se tengan que guardar colas durante horas y horas para cualquier evento organizado por el Ayuntamiento, pasando por la renovación de abonos de teatro o la comida en la calle, entre otros muchos. A estas alturas se debería de disponer de un servicio por internet para permitir que todo el mundo tenga las mismas opciones para apuntarse (de nuevo la idea del servicio igualatorio), ya que sólo sería necesario disponer de internet, y el que no tenga internet en casa, que utilice la wifi que el Ayuntamiento tiene a disposición, y el que no tenga dispositivo alguno para conectarse, que vaya a los PC de la biblioteca municipal para apuntarse, y el que no tenga nada de esto, que guarde nuestra querida cola y le apunten los funcionarios.
Espero que se aprenda de los errores pero, sobre todo, espero que no llueva el 9 de abril en la villa del Adelantado.
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