Tres años no es nada
La lista más votada y por tanto el partido ganador ha sido el PSOE, felicidades sobre todo a don Javier Fernández.
No entiendo cómo es que el presidente del Principado de Asturias en funciones, don Francisco Álvarez-Cascos, en la rueda de prensa post-electoral, daba por hecho esa misma noche que va a seguir gobernando mediante pactos con los mismos con los que no se arregló hace 10 meses...
Porque, al igual que hace 10 meses, tendría que gobernar el partido más votado, ¿o no?... Y en Andalucía lo mismo, por supuesto.
No entiendo cómo la monja supuestamente ladrona de bebés no es procesada, lo han publicado esta mañana en la prensa.
No me cabe en la cabeza cómo a la Infanta de España doña Cristina no se le aplica lo de que «el desconocimiento de la ley no exime de la responsabilidad de la firma de uno», tal y como me explicó amablemente a mí una funcionaria de la Agencia Tributaria en Avilés por deducir que, si te hace la declaración del IRPF la propia A. T., tú luego no tienes que ir a la consulta privada de un asesor fiscal para comprobar si está bien hecha...
No entiendo cómo en la cárcel no le aplican un detector de mentiras al hijo de su pobre madre y padre de Ruth y José, los niños desaparecidos que no soy capaz de quitarme de la cabeza con sus inocentes caritas.
No la hay más simple que yo. Menos mal que en tres años el niño de mis ojos si Dios me premia tendrá que empezar a decidir qué querrá hacer de mayor, dado que para entonces ya tendrá claro que no le llaman para formarse en «La Massía»...
Esta que suscribe en tres años habrá conseguido adelgazar unos 200 gramos, a la vez que espera haber regenerado unas 200 neuronas de tanto pensar con el «cerebro-batidora» (según me han dicho que estudia un grupo de investigadores japoneses).
Aunque en los próximos tres años le habrá salido pelo a la rana del test de embarazo esperando una ley que amnistíe a los no nacidos del terrible aborto, servidora tan culpable como todos... Por cierto, aprovecho para reiterarle mis disculpas por los malos modos al presidente de Amnistía Internacional en Asturias si me estuviera escuchando.
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