El mundo será siempre una trampa
No puede ser de otra forma porque el ser humano, un ser racional y con sentidos que le permiten percibir para experimentar y disfrutar o sufrir, siempre, naturalmente, dará prioridad y pondrá todo su empeño en proporcionarse las experiencias que le resulten más gozosas.
Habrá personas justas cuyos sentimientos lleven aunada una ética congénita que les haga experimentar un sentimiento de gozo el gozo de los demás, pero en este juego, como en todos, que es la convivencia social, siempre ganarán, como es natural porque hacen trampa, los tramposos. Puede que alguna vez pierdan, bien como estrategia, porque se dejan perder para confiar a la víctima, o bien porque ésta, la víctima, dándose cuenta del engaño y harta del mismo decida poner al tramposo en su lugar a base de garrotazos. Mas esta circunstancia no pasará de ser algo meramente transitorio, pues sea quien sea el ganador es, en definitiva, un ser humano y, dado que los buenos son auténticos mirlos blancos que, dada su rareza, nunca podrán obtener una victoria definitiva sobre los malos, en cuanto se vea en una situación de poder comenzará a ejercerlo como lo que es, un auténtico cabrón. De manera que el sistema, la forma de convivencia, siempre será la pautada por los tramposos, ladrones y cabrones, pues hasta llegan a entender como equitativo que, puesto que de los justos será el reino de los cielos, sea suyo el de la Tierra, y por supuesto el de los planetas aledaños que se vayan poniendo a tiro.
Sentado lo cual, viendo los debates que se plantean, muchas veces pienso que toda esta gente parte de una idiosincrasia común, niegan la línea recta, y queriendo, sobre todo, enredar, hacen caminos de kilómetros para salvar distancias de metros.
Mira que le están dando vueltas a si la reforma laboral es buena o mala, crea o no crea empleo o qué. Algo tan simple debiera ser asequible para el espécimen menos dotado de esta especie inteligente.
Hay que reformar porque a la vista están los resultados de la política aplicada por los descerebrados y aprovechados zapatuertos que nos han gobernado.
Hay que joder a los trabajadores porque es a los que se puede joder sin que sus represalias puedan joder al Gobierno y las medidas tengan el beneplácito de la Unión, o lo que sea, Europea.
No se puede joder a los empresarios, pues, mientras que los trabajadores han de someterse a la dieta de ajo y agua, los empresarios tienen la sartén por el mango: no me das trigo, dejo de ser gorrión y me convierto en ave migratoria en busca de mejores pagos, o simplemente, como ya estoy hecho, me dedico a contar nubes mientras me solazo en la poltrona anatómica con masaje relajante, no vaya a ser que el conteo de masas de vapor acuoso me estrese, que uno no está acostumbrado a contar más que lo que se va echando al cazo.
¿El abaratamiento del despido va a traer más o menos empleo? Otra simpleza. Elemental. A la calle con los que más fuñan el bolsillo o la paciencia del empresario, y a continuación, ya sin miedo a tener que calzárselos por fuerza una vez contratados, pues a contratar más de los que despidió, la ocasión es buena para ampliar el negocio con unos trabajadores peor remunerados y que no significan una amenaza para poder mandarlos al carajo si falla la perspectiva. Con este sistema de gobernar y la determinante interrelación que existe entre los diferentes países, no queda otra, lamentablemente.
Y en cuanto al Gobierno, ¿qué va a preferir? ¿Seis millones de desempleados con empleados con buenos sueldos y prestaciones, o todo dios empleado, aunque éste todo dios llegue a los fines de mes acordándose de las madres no vírgenes de los empleadores o de la Virgen madre de Jesús, según no sean o sí creyentes? Respuesta chupada, ¿verdad?
Pues eso. Y si no sois capaces de responder a cuestiones tan elementales y estáis ahora mismo montándola en la huelga que únicamente va a favorecer a los que como único oficio tienen el de agarrarse y estrujar todo lo que puedan la teta de las subvenciones, los jugosos y nada exigentes negocios que con ellas montan y los cargos que obtienen amedrentando a sus dadores, más jodidos estáis de lo que pensáis.
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