Un poco de dignidad, señor Rajoy
Sirva de precedente decir que estoy cabreadísimo y que no pretendo ofender.
Aún no me explico cómo no ha presentado usted la dimisión como presidente del Gobierno. En cualquier país del mundo, con muchos menos motivos, otros políticos (obviamente no los de aquí) lo hubiesen hecho.
Nos mintió y engañó, para que le votásemos (mi mujer y yo lo hicimos), y a día de hoy sigue haciéndolo y mucho me temo que será para largo, hasta que se vaya.
No comprendo que ustedes (los peperos) informen a bombo y platillo la subida de las pensiones y pasado un mes rectifiquen y retiren de nuestros emolumentos totales entre el 1 y el 2 por ciento. ¿Prometer hasta meter y una vez metido nada de lo prometido?
Este galimatías sólo lo entienden ustedes, hacen mención al R.D. Ley 20/2011 del 30-12-2011 (B.O.E. del 31 del mismo mes) en dos comunicados, fechados con un intervalo de un mes entre ambos, contradiciéndose. ¡De circo!, además con firma y rúbrica de directores generales diferentes:
1. José Antonio Panizo Robles
2. María Eugenia Martín Mendizábal
¡Qué vergüenza!, siempre contra los más débiles. Soy neófito en materia política y económica, pero le aseguro que en mi cerebro bullen como mínimo cinco o seis formas diferentes de recaudar, sin tocar la mínima retribución de los pensionistas.
En los 84 años que tengo he visto de todo. Sigue usted los mismos erróneos pasos que ZP (el suciolisto), eso sí, él, al menos, congeló las pensiones, y usted... las baja. Además, usted cuenta con el agravante de que cuando le interesó, muy pomposamente mintió, «soltando» por su boquita lo siguiente: «Subiremos las pensiones» («cagao» de lorito).
En los primeros pasos de mi adolescencia pasé (pasamos) hambruna y por desgracia me temo que en el ocaso de mi vida me volverá (nos volverá) a suceder.
Comencé a trabajar a la edad de 12 años, he hecho jornadas de más de 12 horas (muchas de ellas nocturnas) y durante muchos años pluriempleado con muy poco sueldo, para sacar adelante a mi familia y a mi país, España, no me arrepiento, lo volvería a hacer.
Ustedes, sin embargo, han hecho lo más fácil, fastidiar a los pensionistas. Esa es la diferencia entre ustedes y yo. Yo soy un hombre de ley, de los que se puede uno fiar, ¿ustedes? Me temo que no, ustedes no son como yo.
Pregunto yo: ¿Dónde mora el dinero que teníamos los españoles no hace tantos años? ZP, De la Vega, Teddy Bautista y un larguísimo etcétera se han ido, pero se van con pensiones millonarias.
Los sindicatos son subvencionados con el dinero de todos, ¿por qué? Yo no quiero que mi dinero vaya a parar a esa «gente». Yo no quiero que mi dinero vaya a parar a determinados diputados y senadores en concepto de sueldo, dietas, desplazamientos, etcétera, ¿se imagina, señor Rajoy, qué pasaría si recorta por ahí? Sí, claro que se lo imagina, pero como le he dicho antes, me temo que usted no es de fiar.
Me(nos) duelen las mentiras y los engaños, mi madre (q.e.p.d.), que era una mujer muy sabia, decía: «Líbrate de aquél que se esconde y mira a su bragueta».
Sienta un poco de dignidad, señor Rajoy, arregle esto o ¡váyase!
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo