El pedir perdón del lendakari
Cada vez admira más la ignorancia de algunos de nuestros políticos, y si no es ignorancia, es algo peor, voluntad de confundir a la sociedad ante la falta de instrucción por estos métodos de enseñanza que han introducido.
Hace unos días, el lendakari, es decir, el presidente de la autonomía del País Vasco, dijo con toda seriedad y rotundidad, digna de mejor causa, que pedir perdón es un asunto religioso, por lo que los etarras no tenían por qué pedir perdón. No me extraña que las asociaciones de víctimas quedaran extrañadas y decepcionadas de tales afirmaciones categóricas de una autoridad, que en lugar de defender a las víctimas se decanta por los terroristas.
Pero yendo al fondo del tema, señor lendakari, pedir perdón es una materia de buena educación y de comportamiento humano, aunque probablemente no se enseñe en la Educación para la Ciudadanía, sino, por lo que parece, se instruye en todo lo contrario. Cuando, por lo que sea, molestamos a otra persona, porque le hemos empujado o dado un pisotón, es de buena educación, y lo practica la mayoría de la gente, decir inmediatamente: perdón. Sin ningún sentido religioso, sólo por civismo. ¡Cuánto más debe sobresalir este acto de civismo de pedir perdón cuando se trata de hechos que son causa de tan graves delitos como los atribuidos a los terroristas!
Esto, además, ha sido una forma de actuar en otras culturas. Si vamos a las culturas que hemos calificado de clásicas: la griega y la latina. El lendakari podría leer a Platón, pues cuando habla Sócrates en su «Apología» y le preguntan ante su próxima muerte: «¿No tienes remordimiento?». Insinuando que si tiene remordimiento debe pedir perdón. Responde: «Lo único que debes mirar en todos los procederes es ver si lo que haces es justo o injusto, o si es acción de un hombre de bien o de un malvado». Y si la acción es injusta o malvada y no tienes remordimiento, es propio de algo humanamente incalificable.
Y si vamos al latín encontramos una palabra, «venia», que todavía ha pasado al castellano y con frecuencia la usamos para «pedir autorización», pero su significado es de perdón y remisión de penas, según el Diccionario de Raimundo de Miguel. Y no es extraño, pues Cicerón lo usa en varias ocasiones, y Virgilio dice: «Ibunt orantes veniam», esto es, «van pidiendo perdón». Y en el Diccionario de Sinónimos del mismo autor considera el significado de «conceder el perdón moralmente, esto es, como un acto de un corazón generoso que perdona una ofensa». Por tanto, señor lendakari, hay que conocer el significado de las ideas y conceptos y no largar lo que le conviene.
Pero la conclusión debe ser motivo de una mayor reflexión. El socialismo, con las barbaridades que ha cometido en toda su historia, no me refiero sólo a las repúblicas democráticas del Este, que podían ser causa para quedar olvidadas en el almacén de la historia, sino también en nuestra democracia, porque este socialismo ha impedido que tuviera una evolución normal. Ya es hora de que reflexionen y se convenzan de que deben pedir perdón, y recreen un nuevo socialismo humano. Pero parece difícil que tomen un rumbo adecuado para participar en la civilización occidental los que después del desastre social que han cometido, cuando hablan maltratan a los demás, sus errores los atribuyen a otros y se afirman la solución de todos los problemas, cuando en realidad son los causantes de los existentes.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo