De corredor industrial a columna metropolitana
Ejemplo de la expansión del modelo urbano, Colloto encara su proceso de integración definitiva en el casco urbano de Oviedo reclamando mayor atención a la ordenación territorial
Colloto tiene hechuras de villa nueva. Y dilatada historia. Y también una indefinición territorial llamativa, pues está localizada a caballo entre los concejos de Oviedo y Siero, y sobre una carretera, lo que la convierte en buen ejemplo del proceso de conformación del mundo metropolitano asturiano, cuyas pautas de construcción funcional pasan por encima de los inciertos límites de los concejos del centro de Asturias.
La historia de Colloto tiene raíces medievales, como muestran sus elementos patrimoniales. En los tiempos modernos es su situación, a la vera del antiguo Camín Real, la que la singulariza. Después la carretera, que desde el centro de Asturias llevaba a Santander. Hoy Colloto se entrevera dentro de un eje de saturación de flujos, en el que la antigua N-634 ha perdido su papel primacial para convertirse en hilo de un grueso cable de comunicaciones. Fino hilo que Colloto aspira a que adopte, de una vez, la forma adaptada a la función que ahora cumple, la de una avenida central más de la joven ciudad reinventada, que también tiene que imaginar cómo deben ser remocicadas sus vías tradicionales. Ésta, como actual seudoavenida, se comporta como un eficaz distribuidor de tráficos metropolitanos, de corto radio, que en él se enhebran a través de carreteras, caminos y caleyas, todos los cuales vierten hacia ese colector, que como tal debería tratarse, mejorando sus arcenes para uso ciclista, organizando y señalizando mejor los cruces, iluminando el complejo cañamazo vial, dando un tratamiento paisajístico a sus veras.
Ha sido sobre ejes como éste sobre los que se ha apoyado la expansión urbana del centro de Asturias, que al recrecer viejos núcleos, al colmatar los espacios intersticiales con usos diversos ha ido generando la nueva forma urbana, la forma metropolitana. Eje que, junto al que une las dos principales ciudades, guía la ampliación del casco de Oviedo, constreñido entre el Naranco y los cordales que anticipan la cuenca carbonífera. La traza del eje carretero y de la línea de los ferrocarriles económicos determinaron el crecimiento lineal, que fue aprovechado para la instalación de numerosas industrias y empresas de distribución, durante las fases expansivas del ciclo industrial, en particular durante el paso del XIX al XX y en las décadas de los años sesenta y setenta del siglo XX. De ahí surge la imagen tradicional de Colloto como elemento de un corredor poblado por unos miles de habitantes, al que se van asomando empresas y núcleos de población entre Oviedo y Pola de Siero. Colloto sorprende, pues tras la fachada abierta a la carretera general ha desarrollado una nueva ciudad volcada hacia su interior y no expuesta a todas las miradas carreteras. Esa transformación la ha experimentado en las últimas décadas, reocupándose el suelo de corredor industrial con urbanizaciones residenciales vinculadas a Oviedo. Mientras tanto, en el territorio de Siero, las áreas industriales, los establecimientos hoteleros y de servicios ligados a la carretera impiden una transformación similar, alejando los centros residenciales.
Colloto recoge así el crecimiento del área metropolitana en la periferia de Oviedo, en al amplio abanico que se abre al Este del Naranco, hacia términos de Siero y de Llanera, conformando el espacio de mayor presión metropolitana, ocupando suelo para usos residenciales, empresariales, comerciales, de infraestructuras y equipamientos, en un proceso que sigue su marcha al compás de la consolidación del área metropolitana, que difunde población y actividad desde áreas rurales y urbanas en declive hacia este territorio central y llano.
En una región que pierde población, Colloto ha venido aumentando la suya con cierta rapidez, desde los 2.450 de 2001 hasta los 3.293 de 2011, 843 residentes más en una década. Que los suma a los de La Corredoria, actor principal en el crecimiento de Oviedo, concejo que superó el umbral de los 200.000 habitantes en los años finales del siglo pasado. Al otro lado de la raya, en Siero, el fenómeno es de signo contrario, la expansión de las áreas empresariales ha ido en contra del desarrollo de la función residencial. El Colloto de Siero ha pasado, en la década actual, de 816 a 662 residentes y la parroquia de Granda, a la que pertenece, de 2.032 a 1.770.
La expansión del tejido residencial es mediana, si la comparamos con otros núcleos del mismo eje metropolitano, en el que ciertos nodos, como el enlace de la autopista en Lugones y las estaciones ferroviarias situadas entre Oviedo y Gijón, van convirtiéndose en núcleos geográficos de atracción, alrededor de los cuales se genera nuevo tejido urbano de carácter metropolitano, orientando el crecimiento de la ciudad hacia el Este, tendencia que se mantendrá en los próximos años sostenida por el enlace entre la autovías Cantábrica y Minera, y por las nuevas áreas logísticas que, como piezas sistémicas, reforzarán la centralidad metropolitana situada entre Oviedo, Lugones-Llanera y Pola de Siero.
Está por ver cómo aguantará el área metropolitana el impacto de la crisis económica y la disminución de actividad y empleo. Pero ella, en sí misma, es una fuente de dinamismo. Como artefacto geográfico capaz de generar actividad, su corazón seguirá impulsando la urbanización de suelo, al tiempo que la oferta competitiva de vivienda mantendrá el crecimiento de sus núcleos urbanos frente a otros de localización marginal y tendencia actual negativa. Colloto encara así un proceso de integración definitiva con el casco urbano de Oviedo, del que pasa a formar parte, y que salta así el límite municipal hasta conectar con el territorio y los núcleos de Siero. Esta localización y la presión metropolitana hacia el crecimiento y consumo de suelo reclama una mayor atención a las políticas de ordenación territorial supramunicipales y el cuidado en la asignación de usos, para evitar problemas ambientales, paisajísticos, de movilidad y saturación, relacionados con el desorden urbano tan habitual en las áreas intersticiales metropolitanas.
Una villa caminera para pasar del borde al centro
Colloto es villa caminera, a las puertas de Oviedo y en la dirección del mayor crecimiento metropolitano. La población ha aumentado significativamente en las últimas décadas, cuando Oviedo se ha decidido a crecer de la mano de una mayor oferta de nueva vivienda a precios más asequibles. Por delante le queda cuidar su paisaje e integrar su estructura urbana de manera armónica en la gran ciudad, afrontando una mejor ordenación de su territorio, que debe dejar de ser de borde para convertirse en central.
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