Colloto

Defensor del pueblo

Marcos Palicio

El monologuista Avelino Fernández, «El Rilu», añora el «encanto» del Colloto agrario en el que fue animoso activista social y que al urbanizarse «ha perdido parte de su identidad»

De corredor industrial a columna metropolitana

Fermín Rodríguez / Rafael Menéndez

Ejemplo de la expansión del modelo urbano, Colloto encara su proceso de integración definitiva en el casco urbano de Oviedo reclamando mayor atención a la ordenación territorial

Debajo hay un pueblo

Marcos Palicio

Colloto participa de la expansión de Oviedo hacia el Nordeste con una honda transformación urbana que ha fraguado la tercera población del concejo y porfía por no enterrar el viejo espíritu rural bajo su aspecto de barrio residencial

Situación en el mapa

 

Una línea trazada

Latitud: 43.37838391578654
Longitud: -5.797476768493652

Oviedo quiso estirarse hacia el Nordeste y Colloto cambió los prados por los parques, el pasto por los jardines. Eterna población de paso en la salida de la capital hacia Santander, con un pie en el concejo de Siero, otro en el de Oviedo y una frontera invisible atravesando el caserío, Colloto extiende su nuevo caserío de arrabal urbano a lo largo de cerca de dos kilómetros de carretera nacional, tomado el viejo pueblo por el paisaje residencial y su apósito industrial. Fabricado con cemento de fraguado rápido en lo más explosivo del «boom» inmobiliario, el pueblo supera los 4.000 residentes donde había pocos más de 3.000 al comienzo de este siglo, cerca de 3.5000 en el municipio ovetense y unos setecientos para completar la suma con los collotenses de Siero.