Pola del agua
En proceso de transformación hacia una villa de servicios, la capital de Sobrescobio trata de erigirse en plataforma de actividades ligadas al turismo que aprovechen la marca de Redes
Poco de verdad hay en su nombre. Rioseco se localiza en pleno valle del río Nalón, sobre el punto de convergencia de dos de sus afluentes, el río del Alba y el Huergo; entre dos masas de agua destinadas a suministrar agua y energía al área metropolitana. Se encuentra sobre el escobio que con dificultad abre el Nalón y que marca un nivel de base que, aguas arriba, permite una amplia vega llana, que centra un concejo rico y de paisaje amable, en el que las protagonistas son hoy las praderías y los curiosos cierres de fincas en madera. Testigos de otras épocas en las que las tierras llevaban pan y no se permitían las sebes que asombran y acogen pájaros canallas, que comen el preciado fruto.
Sobrescobio tiene forma de anfiteatro. Rioseco es el centro de la amplia escena, que también comparte con las esquinadas Villamorey, La Polina, Anzó y Comillera. En las gradas inferiores vienen Campiellos, Soto de Agues y un poco más arriba Ladines. Cierra el más o menos elíptico perímetro una grada superior a más de 1.200 metros de altura, dominada por el Retriñón, a 1.862.
La nueva toponimia incurre, aquí de nuevo, en el error de confundir el lenguaje coloquial con la lengua asturiana y deja a pueblos como Soto de Agues sin referencias diferenciadoras (Soto, sin más), optando por la desaparición del topónimo Agues del nomenclátor oficial. Rioseco o Rusecu es una bella y limpia pola situada en la cola del embalse que lleva su nombre y delante de la presa de Tanes, en los límites con el territorio casín. Ambas fijan sus estribos en las angosturas calizas que limitan los materiales menos consistentes de la pequeña cuenca coyana, organizada en tres parroquias. La de la capital, Oviñana, ocupa la posición central y cuenta con 568 residentes oficiales, sesenta más que en los inicios del siglo, tendencia que conocen casi todos los núcleos de población del concejo, incluida la capital, que pasa de 340 a 360 residentes, manifestación de sus pasos en dirección a villa de atributos terciarios y vida dinámica, proyectada hacia el público exterior al concejo.
Físicamente la separación con la ciudad lineal del Nalón es claramente perceptible. Superado el ciclo minero y agrario parecía que a Rioseco, junto a Caso, le tocaba la función de surtir de agua al área metropolitana. Sin duda, una misión estratégica para Asturias; por ello habrá que ver en qué medida esa función esencial debe revertir en la diversificación local de actividades, superando la simple consideración de los territorios rurales de montaña como lugares de acopio de recursos y materias primas o de esparcimiento para las poblaciones urbanas. Tal parece que el concejo de Sobrescobio ha iniciado el camino de encontrar una misión complementaria, basada en su atractivo turístico y en el mantenimiento de una actividad agroganadera de calidad.
La localización de esta pola abre expectativas diversas. Por un lado, es una localización cercana al mundo urbano metropolitano, al que ofrece paisaje, cultura rural tradicional, buenos establecimientos hosteleros y recursos primarios. Como integrante de la Reserva de la Biosfera Parque Natural de Redes posee una marca de calidad territorial contrastada, con la que presentarse en los mercados turísticos urbanos, y que le proporciona importantes apoyos para las actividades senderistas, de montaña y de medio rural.
Sobrescobio tiene forma de anfiteatro, donde Rioseco es el centro de la amplia escena
En el plano negativo, se debe poner su enclavamiento, pues más está en un fondo de saco que en un eje de relación, y ello tiende a gravar su poder de atracción de población y actividad. Se sitúa, además, al final de un área urbana en proceso de reestructuración y búsqueda de nuevas funciones, inmersa en un proceso que, aunque dilatado, aún dista mucho de haber concluido. Por un lado, esto pesa negativamente en la villa, pero también abre oportunidades para Rioseco, al atraer población hacia su cuidado medio residencial, en el que surgen nuevas expectativas de futuro. Y aunque es cierto que aquí hubo en otros tiempos minas y ferrocarriles mineros, poco alteraron la armonía del paisaje.
Rioseco está jugando sus bazas en esta coyuntura, con sus recursos, posibilidades y también inconvenientes a solventar. La capital coyana está inmersa en un proceso de transformación hacia villa cabecera municipal, terciarizada y con equipamientos públicos y privados de gran calidad, que son soporte de su orientación residencial, pero que también configuran la base de una plataforma de actividades productivas ligadas al turismo, dotada de potencia para superar un futuro con menos escobios.
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