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Areces olvidó a su amigo al día siguiente de su marcha

El político gallego, al que los sindicatos tenían ganas de jubilar, se fue con 70 años cumplidos

Miércoles 26 de Enero de 2011
Oviedo, E. G.

Cuando el 4 de agosto del pasado año José Luis Iglesias Riopedre acudió al Gobierno regional para la ceremonia de relevo en la Consejería de Educación, se le vio feliz, liberado de dos años de gestión repleta de sobresaltos, incluidas dos huelgas del sector. Un miembro del Ejecutivo, en la escalerilla de acceso al edificio de Presidencia, apuntó una frase: «euforia contenida».

El político gallego, al que los sindicatos tenían ganas de jubilar, se fue con 70 años cumplidos (y con un informe médico concluyente) dispuesto a pasarlo bien y en buena convivencia con su corazón cansado. Tiene casa en Galicia y una tonelada de libros por leer, y quizás alguno por escribir. Riopedre lleva algún tiempo dando forma a algo parecido a sus memorias, y disfrutando con la tarea.

«Comprendemos que tienes el perfecto derecho a cuidarte un poco más», le dijo el presidente Areces en el acto de despedida. Iglesias Riopedre no habló ante los micrófonos pero sí lo hizo de manera informal ante los periodistas: «Hoy me he levantado liberado».

Se marchó sin fuegos artificiales, llevándose a casa muchos de los sinsabores que la política regional le había causado a lo largo de su segundo mandato como consejero de Educación, comenzando por la rebaja en las competencias de su departamento. Había razones de ortodoxia política, pero también de amistad personal para no entrar en debate, aunque le apeteciera. Desde su marcha nunca concedió una entrevista.

Un día después de su marcha, su amigo Vicente Álvarez Areces presidió en Gijón la reunión anual de la Asociación de Antiguos Alumnos del Jovellanos. En su salsa, el discurso del Presidente fue largo, plagado de anécdotas de juventud y con un toque nostálgico, pero en él no hubo ni una sola referencia a su ya ex consejero, con quien llevaba más de 25 años de gestión política común. A muchos les chocó aquel olvido.

Iglesias Riopedre iba ya camino de Galicia para disfrutar de lo que quedaba de agosto, en compañía de su esposa y a bordo de su Hyundai Matrix. Unas semanas más tarde aceptó la invitación del sindicato FETE-UGT para impartir en Oviedo una charla, el 14 de septiembre, en la que se despachó a gusto. Había engordado un par de kilos.

1 comentario:

#1 Luis: Ayuntamientos sigan por ahí los ciudadanos lo exigimos.

26/01/2011

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