Contra viento y «marea»

Trabajo para casa. Ana López Pandiella, la magistrada que investiga la supuesta trama de corrupción en la que se han visto involucrados políticos, funcionarios y empresarios asturianos, abandonó ayer los Juzgados de Gijón alrededor de las dos y cuarto de la tarde. Contra viento y marea, o marejada de fondo, con una maleta y varias carpetas de documentos, la magistrada salió de las dependencias judiciales pocos minutos después de declararse competente para investigar la presunta corruptela. La negativa a trasladar el sumario a Oviedo, discutida por algunos y aplaudida por otros, deja a las claras el carácter «trabajador» que le atribuyen quienes han coincidido con ella en los distintos juzgados en los que Pandiella ha ido dejando su impronta.

Gijonesa, de 39 años, casada y con dos hijos en edad escolar, la magistrada que ha puesto en jaque a algunos ex altos cargos del Principado lleva su trabajo en los juzgados con extrema discreción y celo. Su decisión de no levantar el secreto de sumario ha contrariado a algunos de los abogados que defienden a los imputados en la investigación, pero la juez «no quiere dejar ningún cabo suelto», tal y como reconocen personas próximas a la investigación del caso. Sin duda Pandiella vivió hace ahora una semana uno de los momentos más relevantes de su carrera decretando una orden de prisión provisional, comunicada y sin fianza para al ex consejero de Educación José Luis Iglesias Riopedre, al que acusa de los delitos de prevaricación, cohecho, tráfico de influencias, fraude y exacciones ilegales y negocios prohibidos a funcionarios. Al día siguiente ordenó que siguieran el mismo camino la ex «número dos» de la Consejería María Jesús Otero y la funcionaria Marta Renedo Avilés. De esta manera, la «operación Marea» se suma a la lista de asuntos «mediáticos» con los que la juez gijonesa tuvo que lidiar desde que llegó en 2009 al Juzgado de instrucción número 4 de Gijón. Entre estos casos destaca, por ejemplo, la muerte del asesino de Javi «el del Clan» y la investigación del denominado «caso Camocha». Pero «marea» la ha granjeado incluso el apoyo de los ciudadanos. La red social por excelencia, Facebook, ya cuenta con un «grupo de apoyo a la juez Ana López Pandiella».

Miembro del Foro Judicial Independiente, esta magistrada aterrizó en su ciudad natal en abril de 2009 tras pasar por los juzgados de Mieres, Las Palmas y Avilés. Razones para aparecer en los medios nunca le han faltado. En la Villa del Adelantado la juez, que, con 39 años, ya cuenta con más de una década de ejercicio profesional, llegó a instruir el caso de la avilesina que trajo a sus hijos de Israel y el del crimen de La Degollada.

El Ministerio de Justicia la liberó, al menos, de parte de su trabajo el año pasado, cuando decidió abrir en Gijón una Sala especializada en asuntos de violencia de género y descargar de estos temas al Juzgado de instrucción de Pandiella. Un tiempo que, sin duda, ha sido muy necesario en la investigación de la corruptela en la que esta juez lleva trabajando más de un año. «No la van a parar», dicen convencidos algunos profesionales de la justicia.