Figueras

«Me quedo en Figueras»

Marcos Palicio

José Luis Pérez de Castro, jurista y bibliófilo, desentraña los motivos de su felicidad en la villa «pacífica y tranquila» a la que nunca se ha arrepentido de regresar

Los mareantes de Figueras

Fermín Rodríguez / Rafael Menéndez

La villa, de honda vocación marinera, precisa ahora un progreso sostenido y ordenado para fijar la población y la actividad que mueven la industria naval y el lento desarrollo turístico.

La hora de la orilla asturiana

Marcos Palicio

Figueras, remolcada por su potente industria naval pero demográficamente declinante, busca estrategias que aprovechen mejor sus recursos y le permitan competir con la expansión de la margen lucense de la ría del Eo.

Situación en el mapa

 

El puerto y la puerta

Latitud: 43.53781605179386
Longitud: -7.022795677185059

Figueras cae hacia la ría del Eo por un laberinto de callejas angostas y empinadas que ocupan con su caserío blanco el extremo norte de la ensenada de la Linera, muy cerca de la desembocadura para ser la primera «puerta» asturiana del estuario fronterizo. La geografía le hace mirar de frente a la orilla gallega y a la asturiana, a Ribadeo y a Castropol, a la primera villa lucense y a la capital de su concejo, a la que supera levemente en población con sus 588 habitantes en descenso desde los 624 que iniciaron el siglo en la villa.