Noreña

El sanatorio de la nostalgia

Marcos Palicio

José Manuel Fanjul, médico y estudioso de la historia de Noreña, añora la villa familiar de su infancia y ensalza su capacidad para «encontrar los caminos del progreso»

Tranquila, industriosa, central, imperturbable

Fermín Rodríguez / Rafael Menéndez

Prototipo de villa con calidad residencial e integración metropolitana, Noreña viene de un intenso crecimiento y tiene potencial para incrementarlo sin atentar contra su alma y su patrimonio

La carne y el carné

Marcos Palicio

En su cota máxima de población, la capital cárnica de Asturias crece a remolque de su ubicación bien comunicada y reivindica el vigor de su tejido social y asociativo como garantía de preservación de su identidad

Situación en el mapa

 

A tiro de piedra

Latitud: 43.393447936716086
Longitud: -5.706925392150879

La decimonovena localidad asturiana más poblada está en  el tope de su cifra histórica de habitantes, 5.387 de los 5.470 de su concejo, el menos extenso de la región. Noreña ha llegado hasta aquí sin dejar de progresar en la primera década del siglo y explotando la centralidad y la facilidad para las comunicaciones. A 13 kilómetros de Oviedo, a 20 de Gijón y Langreo y a 25 de Mieres, casi al borde de la Autovía del Cantábrico, de la Minera y de la línea férrea de vía estrecha Gijón-Laviana, la Villa Condal abrió el siglo con algunos más de 4.200 y creció al ritmo de su red de conexiones y su escaparate de servicios. La vida sigue en el llano ondulante de las vegas del río Noreña, afluente del Nora.