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Santa Eulalia de Morcín

Los colores del Aramo

Marcos Palicio

La piragüista Jana Smidakova, una de las primeras habitantes de la urbanización de Santolaya, eligió la capital morciniega por su combinación de hábitat urbano y naturaleza a los pies de la montaña

Bajo el Monsacro

Fermín Rodríguez / Rafael Menéndez

Aldea devenida en pequeño escalón metropolitano periférico, la capital morciniega ejemplifica la apuesta por la función residencial de calidad y la necesidad de incrementar la de los servicios

Crecer y multiplicarse

Marcos Palicio

La entrega a la alternativa residencial ha expandido la capital morciniega y ha triplicado en dos décadas los habitantes de la cabecera de concejo asturiana que más ha evolucionado demográficamente en este siglo

Situación en el mapa

 

Nueva Santolaya

Latitud: 43.28070458593083
Longitud: -5.879552364349365

En la confluencia del río Morcín con el Caudal, en la explanada por donde en tiempos se enroscaba el afluente tras bajar por el Aramo hacia el cauce principal, Santa Eulalia ha dejado de ser lo que era. Exilió a aquel pueblo en un extremo de la vega y triplicó su población gracias a una urbanización que repasa el catálogo completo de la edificación residencial. Los bloques en altura, los adosados en cadena y los chalés pareados rellenan casi entera la planicie que va de la N-630 a las primeras estribaciones del Monsacro. Total, 714 habitantes donde había 200, y 821 en la parroquia que también forman Las Bolías, El Brañueto, Calvín, Figares, La Llorera, Malpica, Molino de Figares, Parteayer y Las Vallinas.