«Pedían como si esto fuera Suecia»

Riopedre, en una clase, en una imagen de archivo. / LNE

«¿Dónde está ahora toda esa gente que pedía como si esto fuera Suecia? ¿Los que pensaban que había dinero para todo y que se podía disponer de ello de inmediato? ¿O es que nadie se acuerda ya de cómo eran los colegios y las escuelas hace más de una década, antes de las transferencias, y cómo son ahora?».

Es el lamento, cargado de reproches, que ayer hacía una de las estrechas colaboradoras del que durante siete años fue consejero de Educación del Principado, José Luis Iglesias Riopedre. La frase lleva implícita la enorme pena que muchos de esos colaboradores amigos tienen desde el momento mismo en que trascendió que Iglesias Riopedre estaba detenido en la Comisaría de Policía del barrio gijonés de El Natahoyo. Y que se tornó en incredulidad total y cierto desamparo cuando se supo el auto de la juez que lo enviaba a prisión.

Pero, además de pena, algunos de los funcionarios que conocieron el día a día en el despacho noble del edificio de la ovetense plaza de España lo que sienten es una indignación enorme ante las veladas acusaciones y la pública lapidación de «un hombre que trabajó como pocos por la Educación de esta región». El mismo al que, a diario, cualquiera llegaba a apremiar con reclamos sobre la dotación de algún colegio, escuela o instituto de la región. «Ningún director, ni padre de alumno, ni sindicato querían saber de presupuestos ni de crisis. Para todos, lo suyo era lo importante, todo tenía que tener prioridad total y, si no, ya estaban las asociaciones de madres y padres para amenazar con que no mandaban los niños al colegio y te montaban una protesta. Aquí quería gobernar todo el mundo, cada uno para lo suyo, y si alguien intentaba razonar con ellos, en seguida te decían que con sus impuestos querían lo mejor para sus hijos. A estos despachos siempre se vino con presiones, como si esto fuera Suecia», hilan algunos de esos colaboradores.

Nadie quiere entrar al detalle de las imputaciones que pesan sobre José Luis Iglesias Riopedre y dejan claro que «todos tenemos que dejar que la justicia hable».

Pero eso no quita para que sí clamen por otro tipo de justicia para Riopedre. «Que reconozca todo el mundo lo que se molestó por la Educación, y siempre con presiones, con exigencias y amenazas. Muchas asociaciones de padres ejercían auténtica tiranía; todo tenía que ser de hoy para mañana. Pero, claro, ahora todo el mundo clama para que no se siga el procedimiento», dicen. Esa inmediatez y la obligación de tener siempre abierta la línea de atención de demandas de los centros públicos es la que habría podido llevar a que en la Consejería se usaran métodos de adjudicación que ahora resultan chocantes. «Es que la inmediatez es contraria al lento y farragoso procedimiento administrativo. Un curso empieza en septiembre y acaba en junio, por encima de todo», sostienen.