Un preso de letras

ENTRE REJAS. La foto muestra el interior de uno de los dos módulos terapéuticos de la cárcel. Iglesias Riopedre tendrá que vivir en una celda compartida de ocho metros cuadrados, con una litera, una mesa, una ducha y un inodoro.  / Silveira

En una celda de cuatro por dos metros de la unidad terapéutica y educativa (UTE) de la prisión de Villabona, escribiendo y tutelado por un preso. Así pasó ayer el ex consejero José Luis Iglesias Riopedre su primera jornada en la cárcel. Se mostró tranquilo, aunque abatido. A sus allegados les ha dicho que no entiende por qué está encarcelado. Los funcionarios están preparándole un «vis à vis» con su esposa para hoy, jueves. Ayer por la tarde recibió su primer paquete, diversas prendas y mudas que le envió su esposa.

El martes, el ex consejero llegó al área de ingresos de la prisión a las siete de la tarde. Allí lo examinó un médico. En vez de llevarlo a la enfermería, saturada con noventa internos, algunos de ellos peligrosos, se optó por derivarlo a la unidad terapéutica y educativa (UTE) número 1. Se considera que éste es el mejor lugar para tener controlada su enfermedad. Iglesias Riopedre es un cardiópata. Tiene un triple bypass en el corazón y lleva marcapasos. El ex consejero sufrió en 2008 una insuficiencia respiratoria. Debe consumir hasta ocho medicamentos al día. Ha de tener a mano Cafinitrina, un vasodilatador para evitar anginas de pecho, y también insulina, propia de diabéticos.

Lo primero que hizo tras instalarse fue tomar una ducha y echarse a dormir en la litera de la celda. El preso que se la ha asignado como tutor le hará saber cómo debe comportarse. No se trata del protocolo para evitar suicidios, que el médico y el psicólogo consideraron innecesario, sino del trato habitual con quien ingresa en prisión por primera vez. El ex consejero se pasó el día escribiendo en la celda, en la pequeña mesita de la que disponen. Ya ha empezado con la rutina: levantarse a las ocho, comer a las dos y cenar a las ocho. Luego, a la celda.